A Manuel Crespín, cada día le preocupa más que tras cada aguaje el mar gana terreno y el espacio que resta para la arena y las decenas de cabañas para los turistas que llegan a Playas, desaparece.

Esta vez, tras el aguaje de hace apenas unos días, ocho cabañas fueron arrastradas por las olas, y desde entonces no se vende comida ni hay dónde descansar. Las viviendas asimismo se vieron afectadas, ya que las ubicadas a orillas de los balnearios, se inundaron.

La palizada, que antes se veía sobre la arena, quedó tendida este 8 de junio en los ingresos al mar.

“Es como si un minihuracán haya pasado por General Villamíl. El aguaje está fuerte, y si viene El Niño será peor. Lo perderemos todo”, señaló la ciudadana Andrea García, que aseguró que todas las playas que integran el cantón se encontraban en similar situación.

• La zona más afectada va desde el kilómetro 4 hasta Data de Villamil, donde hace días se cayó un pequeño muelle privado, También la zona del rompeolas, conocida como el Humboldt.

Si bien este fenómeno es natural, a decir de Macario de la A, habitante de la vía a Data de Villamil, urge que las autoridades ejecuten un plan preventivo para evitar perder espacio. “Hace unos 60 años, cuando el mar comenzó a retroceder en un proceso natural y paulatino, quedó una amplia playa, donde se comenzaron a construir viviendas y urbanizaciones y, delante de ellas algunas cabañas de venta de comidas; pero ahora el mar quiere volver a su sitio. Creemos que muchas viviendas corren el riesgo de perderse. Y sí, todo responde a una mala planificación. Pero ahora lo que urge es actuar para evitar tantos daños y pérdidas”, señaló

El pasado 7 de junio, el tema fue abordado por el COE Cantonal y las medidas a tomar, según indicaron las autoridades, serán dadas a conocer en los próximos días.