El vaivén de ciudadanos buscando regalos, ropa o comida ha comenzado a incrementarse en los últimos días. La Bahía, los centros comerciales del norte y mercados céntricos, así como sus vías aledañas ya viven el ajetreo propio de estas fechas.

De la misma forma, el caos vehicular también empieza a tomarse las calles guayaquileñas. Y el reclamo apunta a que por qué las autoridades, teniendo en cuenta este repetido escenario, “no hacen nada para evitar el histórico caos en las arterias guayaquileñas”, como denunció la ciudadana Carmen Lozano.

El congestionamiento en calles como Chile, Chimborazo, Colón o la avenida Olmedo, en esta ocasión se agrava debido a los apagones que afectan a todo el país, lo que suma a la falta de agentes de tránsito en las vías.

Por ejemplo, a las 12:00 del pasado viernes 8 de diciembre no funcionaba el sistema de semaforización en la avenida Olmedo, en el trayecto entre Noguchi y Chimborazo. Los peatones cruzaban la calle esperando que los vehículos se detengan. Algunos caminaban esquivándolos, en maniobras peligrosas. A esa hora, en un tramo de 200 metros no se observó ningún vigilante.

El pasado jueves, aproximadamente a las 13:00, los vehículos debían esperar al menos 20 minutos en el mismo sitio, ante el desorden por el paso de los peatones, la inhabilitación de los semáforos y la ausencia, otra vez, de agentes.

“En (la calle) Chimborazo, como la han cerrado, se pone una camioneta de la ATM que viene y va, pero los vigilantes no se bajan. Y más adelante en la Olmedo es un relajo”, manifestó el taxista Fernando Montero.

Con él coincidió el conductor Alberto Estacio, quien prevé que el flujo de personas se incrementará la próxima semana, por el pago a los trabajadores del décimo tercer sueldo y la quincena. “El problema es que el centro ya se volvió pequeño para recibir a tanta gente. Siempre vamos a tener tráfico en diciembre, eso siempre ha pasado y seguirá pasando. ¿El problema? Nadie hace nada por mejorar el escenario”.

No obstante, destacó que en los últimos días ha sentido un mayor congestionamiento a lo largo de la avenida Olmedo y en las calles Colón y Pedro Carbo.

Otro sector con un tránsito conflictivo es la intersección de las avenidas Carlos Luis Plaza Dañín y Francisco de Orellana, en el norte, por la ubicación de dos centros comerciales.

Pasadas las 17:30, esas vías colapsan. A diario, sobre la Orellana, de por sí congestionada, en el sentido norte-sur se ubica personal de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM).

Mientras que en el sentido sur-norte, para controlar los carros que ingresan desde las avenidas San Jorge y Plaza Dañín, se ubican en horario nocturno agentes de la Comisión de Tránsito del Ecuador. Sin embargo, a pesar de su presencia, se siguen registrando atolladeros hasta pasadas las 20:00.

“Si usted maneja desde la (Universidad) Estatal hasta el Policentro se demora hasta 40 minutos en llegar”, precisó María Ordeñana, madre de familia que circula cada noche desde el sur hasta la ciudadela Ietel.

En condiciones normales, ese trayecto centro-norte no tomaría más de seis minutos.

En el sur de Guayaquil, las estridentes bocinas de los vehículos reflejan la desesperación de los conductores en la intersección de las avenidas 25 de Julio y Ernesto Albán pasadas las 18:00.

La presencia de varias casas comerciales genera un intenso movimiento en esa zona.

Un detalle a considerar en esta vía es el tiempo que demoran en cambiar los semáforos ubicados sobre ambos sentidos en la Ernesto Albán, problema que se registra desde hace años.

En ocasiones, los atolladeros generados en ese tramo de la 25 de Julio llegan hasta las primeras manzana de Las Acacias.

La avenida Benjamín Carrión acoge dos centros comerciales. La ya común congestión en esta arteria ha comenzado a complicarse aún más en los últimos días, sobre todo en las intersecciones con la avenida Orellana y la calle Felipe Pezo.

Ximena Galarza vive en la décima etapa de la Alborada y trabaja en un edificio en Kennedy Norte. Manifestó que desde hace varios años, en esta época espera hasta las 20:00 para recién salir de la oficina, aunque su jornada laboral termina a las 18:00.

“Después del 15 de diciembre ya se vuelve peor, el tráfico es una locura en todos lados. Prefiero esperar a que baje un poco la intensidad para evitar robos o accidentes”, manifestó la ciudadana.

• Malestar ante la pasividad de la ATM

EXPRESO consultó a la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) sobre los planes que está poniendo en práctica en Guayaquil para aligerar la carga vehicular en estas últimas semanas del año. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición no recibimos respuestas a las inquietudes.

Y es este silencio el que causa indignación entre los guayaquileños, que reclaman por la indiferencia que, advierten, las autoridades tienen respecto a esta situación.

“Si todos los años diciembre es problemático, ¿por qué ni un solo ser planifica? Estoy harto de vivir así. Y lo que más me enoja es que desde la ATM todos enmudezcan. Esto es una burla para los guayaquileños. Si la ATM no quiere trabajar y dar un buen servicio, pues que se vaya”, analizó Lenín Romero, habitante de la Kennedy.

Ximena Galarza lamentó que ni siquiera la presencia de agentes “ayuda mucho a descongestionar las calles”. “Si la (avenida) Orellana todos los días es un caos, en diciembre es peor”.

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