La tarde de este sábado 3 de febrero, al menos 8 locales todavía se mantenían cerrados, luego de que en un operativo por parte del Cabildo se clausuraron 18 establecimientos por irregularidades en su funcionamiento.

Varias denuncias por exceso de ruido, especialmente por las noches, fue lo que alertó al departamento municipal de Justicia y Vigilancia que el jueves por la noche estuvo en el lugar y se percató de que, como habían denunciado los residentes a EXPRESO meses atrás, había restaurantes y restobares que incumplían con los niveles de ruido permitido; además de tiendas de ropas y negocios de comida que no contaban con permisos de funcionamiento.

“Hacían lo que querían. Ponían sillas donde no debían, subían todo el volumen hasta las 3 de la mañana, entre otras actividades que nos incomodaban a los habitantes aseguró a este Diario Miguel Tobar, que espera que cuando estos sitios vuelvan a abrir puedan estar regularizados.

“No estamos en contra de que trabajen, pero sí queremos que lo hagan correctamente, sin afectar a los residentes de los edificios aledaños, la mayoría somos adultos mayores y queremos dormir en las noches”, comentó.

Según explicó la autoridad, las clausuras en los locales comerciales se dieron por no contar con la tasa de habilitación y tampoco el permiso del Cuerpo de Bomberos. “Asimismo se hicieron censos sobre letreros y sobre el mal uso de mesas y sillas en la vía pública, por lo que se procedió a la clausura temporal”, agregó Shuber Urgilés, director de Justicia y Vigilancia, que aclaró que los locales que cumplan con lo establecido podrían reabrir sus negocios.

Por otra parte, el administrador de un local de comida a la parrilla que pidió que se omitiera su nombre reclamó por cómo se realizó el operativo. “Vinieron a eso de las 22:00 del jueves, justo un día que suele haber mucha gente aquí y empezaron a cerrarnos como si fuésemos delincuentes. Los clientes se asustaron. Eso no le da buena imagen a los negocios, deben recordar que este es un sitio turístico”, dijo molesto, agregando que, al menos su local, nunca recibió un aviso de operativo.

“No hubo ninguna circular que nos anticipe. Nosotros no habíamos pagado la tasa porque apenas empezaba el año. Inmediatamente nos cerraron, fuimos a pagar para que nos dejen trabajar”, explicó.

Sin embargo, no todos los establecimientos clausurados ya se encontraban nuevamente habilitados para atender al público. De hecho, decenas de personas llegaban hasta la zona de restaurantes en busca de sus comidas favoritas, pero algunos todavía estaban con las puertas cerradas, lo que causó incomodidad a los clientes. “Venía pensando en almorzar acá, pero veo que está cerrado. Qué pena que un lugar tan bueno no cumpla con las normas”, comentó Graciela Madrid, una madre que llegó junto con sus dos hijas hasta un local de comida gourmet, pero estaba cerrado. 

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