Una universidad más se une a la inicitiva de dar la mano durante la crisis sanitaria causada por el coronavirus. Esta vez, quince estudiantes de la carrera de Ingeniería Automotriz de la sede Guayaquil de la Universidad Politécnica Salesiana UPS emprendieron el proyecto de fabricar de protectores faciales para el personal médico del Hospital Teodoro Maldonado.

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La propuesta tiene el objetivo de conformar un equipo de “Makers” (personas que trabajan en impresión 3D) para que realicen la impresión de protectores faciales a gran escala. Para ello, según advierte la universidad en un comunicado, la Dirección Técnica de Administración e Inventarios con la autorización del vicerrectorado de Sede, entregó cinco impresoras 3D y 25 rollos de material PLA a un grupo de alumnos que viven cerca del Campus Centenario de la sede Guayaquil.

El protector facial está compuesto por dos piezas, una base de polímero y una pantalla protectora de acetato. El tiempo estimado de impresión es de 1,5 a 2 horas cada una. Los estudiantes se encuentran trabajando en la impresión, armado y logística de 250 protectores faciales semanales.

A decir de Raúl Álvarez Guale, vicerrector de la sede Guayaquil, los insumos se están fabricando con la debida precaución y cumpliendo con todos los estándares de Bioseguridad de los estudiantes. “Contamos con equipos y verificamos inventario de consumibles, es realmente valioso que a través de nuestros estudiantes y nuestros equipos un hospital pueda beneficiarse de la capacidad de producción de nuestra universidad”, mencionó al respecto David Mora, Director Técnico de Administración e Inventarios.

El proyecto, que según explica Renato Fierro, director de la carrera Ingeniería Automotriz, surgió tras la necesidad de apoyar en estos momentos de emergencia sanitaria a uno de los centros hospitalarios que atiende a pacientes con COVID-19; también contempla la socialización de una red de “Makers” particulares, alumnos universitarios, que apoyen la iniciativa de la UPS con sus propios equipos y motiven a la sociedad civil a contribuir con lo que puedan para que la situación mejores.

En el país, otras entidades como la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, la Universidad Técnica Particular de Loja, y la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), se han dedicado durante esta crisis a elaborar una serie de equipos e insumos sanitarios.  La Espol de hecho está fabricando respiradores artificialespara el uso comunitario.

El proyecto denominado OpenVenti, como lo publicó días atrás EXPRESO, busca crear una solución de bajo costo pero alta calidad, que permita a pacientes con casos severos de COVID-19 acceder a un respirador artificial. El diseño podría reproducirse en los países de Latinoamérica que tienen dificultad para importar respiradores.

El propósito del grupo es obtener un dispositivo cuyo valor esté entre los 350 y 400 dólares y que mantenga altos estándares de calidad, cumpliendo todas las certificaciones que exigen las organizaciones de salud para la seguridad de los pacientes.