La vía a la costa registró ayer un nuevo embotellamiento, y esta vez no fue por la salida de viajeros. Se trató de un vehículo pesado que se quedó atascado en el paso a desnivel que se levanta en kilómetro 8, en el sentido Puerto Hondo - Guayaquil.

El conductor se percató que la estructura excedía al límite permitido y no continúo con la marcha, por lo que no golpeó el puente, que se conecta con la Perimetral. Y esto hizo que el congestionamiento se intensifique en el punto por varias horas.

Hasta el sitio llegaron agentes de la Autoridad de Tránsito y Movilidad (ATM), quienes multaron al chofer por el exceso de tamaño del contenedor. La multa corresponde al 50% del salario básico, es decir 200 dólares.

El sancionado, que no quiso identificarse, explicó que desde el inicio de su viaje no había tenido ningún inconveniente con los puentes o pasos peatonales de la zona.

Sin embargo, este hecho desnuda un problema que por años ha sido denunciado por los moradores de las urbanizaciones aledañas: la falta de señalética en ese puente. También aseguran que no es la primera vez que ocurre, por lo que volvieron hacer un llamado a las autoridades.

“La denuncia lleva mucho tiempo sin obtener atención, pues no se detalla cuánto es el alto del puente. Los conductores, en efecto, no prevén la dimensión y siempre ocurren esos casos. Aquí la culpa es compartida, pero esperamos que atiendan los pasos a desnivel”, manifestó Carlos Pastenes, residente de la urbanización Vía al Sol.

Una de las soluciones, a su juicio, es que se implemente una ruta alterna para el paso de estos vehículos.

Para Daniel Villacís, habitante de Puerto Azul, este tipo de incidentes se repiten con mayor frecuencia, por lo que, al igual que Pastenes, solicita que haya una mejor señalética en la zona. “Lamentablemente no la hay y los conductores desconocen la altura máxima de la estructura”, señaló.

Se lamentó que muchas veces se quedan, asimismo, “atascados”, producto del intenso tráfico que soporta la arteris. “Es nuestra única vía que nos permite salir de aquí, pero es un lío”, expresó el hombre de 37 años que lleva viviendo 10 años en ese lugar. “Es una pena, pero esto se vuelve más poblado y hay más problemas”, concluyó Villacís.