EXPRESO celebra este 25 de julio, 50 años de brindar información de calidad a sus lectores. Y comparte su celebración con Guayaquil, ciudad que lo ha visto crecer y convertirse en uno de los máximos exponentes noticiosos del Ecuador y de la región. El 25 de julio de 1973 se publicó el primer ejemplar de este Diario que, asimismo, ha reflejado en sus páginas el desarrollo de la urbe y retrata el sentir de los guayaquileños. Hoy, en este festejo compartido, retrocedemos el tiempo y nos preguntamos cómo era Guayaquil un día como hoy hace cinco décadas.

El investigador histórico y arquitecto Javier Castillo explicó que, en esa época, en la Perla del Pacífico vivían unos 810.000 habitantes. El centro, en especial el bulevar 9 de Octubre, era el epicentro del comercio y actividades de ocio. El escenario actual nada tiene que ver con ese pasado que añora la ciudadanía y exige recuperar. Ese fue el objetivo que tuvo EXPRESO en 2022 para lanzar un concurso para precisamente crear una hoja de ruta que marque el inicio de su transformación.

Los grandes locales apostados sobre la 9 de Octubre expendían un sinnúmero de artículos. El malecón sobre el Guayas, entonces con un atractivo arbolado, acogía a los porteños que disfrutaban de paseos domingueros. “Aún se podía ver uno que otro barco de pequeño calado atracar en los pocos muelles que quedaban en el malecón, porque ya todas las actividades portuarias se realizaban en el sur, desde la creación del puerto marítimo en 1962”, detalló.

Aunque lo que conocemos como Bahía no funcionaba, los comerciantes estaban en calles como Pichincha y Olmedo, junto al Mercado Sur, hoy Palacio de Cristal.

En esa época, los ciudadanos acudían a diversas salas de cine como Guayaquil, Inca y Maya. El mítico hotel Humboldt era uno de los espacios más prestigiosos de la ciudad. No había centros comerciales. En el norte, Urdesa era el sitio predilecto para vivir de los guayaquileños con alto poder adquisitivo. Y en el sur, el barrio del Centenario seguía acogiendo a familias con una cómoda posición económica.

“Por el norte, si bien ya los primeros asentamientos de Mapasingue habían aparecido a mediados de los 60, alrededor del año 73 empieza la toma de tierras con las primeras cooperativas que se asentaron, incluso se empieza a tomar el cerro”, recordó. En el sur comenzaron a surgir las primeras invasiones en lo que conocemos como Guasmos, por parte de personas que llegaron desde poblaciones rurales para trabajar de forma directa e indirecta en la zona portuaria.

En julio de 1973 se había puesto la primera piedra de un nuevo proyecto urbanístico que captaba la atención en la ciudad: la Alborada. No existían La Garzota, Samanes, Sauces.

En 1973 aún no se había construido la terminal terrestre, que hoy opera sobre la avenida Benjamín Rosales, en el norte. “Los carros provenientes de otras provincias llegaban al parque La Victoria. En los alrededores de la calle Pedro Moncayo había otras cooperativas, también en el parque Chile. Eran terminales improvisados”, explicó.

Según el investigador histórico Fernando Mancero, de la Fundación Bienvenido Guayaquil, en julio de 1973 el país estaba bajo el mando de una junta militar, encabezada por Guillermo Rodríguez Lara, quien había gestado un golpe de Estado un año antes en contra del presidente José María Velasco Ibarra. En esos años, la Junta Militar definía a los alcaldes. Hace 50 años, el primer personero municipal guayaquileño fue Juan Péndola.

Asimismo, a inicios de la década del 70 Ecuador comenzó a vivir el boom petrolero. En Guayaquil, los urbanistas comenzaron a cambiar el tipo de construcciones. “La inyección de capital producto de ese boom propició que se empezaran a construir nuevos edificios. Empezó a desaparecer el Guayaquil de madera y entramos a una etapa de modernización con el auge de construcciones de hormigón y cemento”.

EXPRESO nació en un pequeño predio situado donde permanece hoy, en las avenidas Carlos Julio Arosemena y Las Monjas. La primera vía antes mencionada era muy angosta, y no tenía conexión con la segunda, denominada así por la ubicación del colegio religioso Santo Domingo de Guzmán.

“Ciertas industrias comenzaron a llegar a esa zona en esa época, como por ejemplo la de chocolates Maribel o helados Turrón. El sector fabril por excelencia era el barrio del Astillero, porque la mayoría de empresas todavía estaban en el sur”, precisó Castillo.

Guayaquil había celebrado los 150 años de su independencia en 1970. Las dos obras más destacadas para festejar este hecho fueron el puente de la Unidad Nacional y el parque Forestal, en el sur, que comenzó a ser un punto de referencia para quienes vivían en esa zona.

“Guayaquil era distinto, en algunos escenarios mejor. Había barrio y libertad. Hoy que está de fiesta, al igual que EXPRESO, pido recuperar ambas cosas. Este Diario nos ha acompañado en todos los cambios: es la vitrina de nuestra voz. Por ello quiero que las autoridades escuchen que queremos desarrollo, pero también de regreso nuestra convivencia y a nuestro río”, señaló Aurora Palma, de 72 años y residente de la Alborada.