El olor nauseabundo que emana un gran lago formado por las recientes lluvias en el sector San Raymundo Dos, en la parroquia José Luis Tamayo, en Salinas (Santa Elena), mantiene preocupados a los habitantes. Estos ciudadanos claman por ayuda, la misma que aún no llega.

El torrencial aguacero que cayó hace dos días hizo que colapse el sistema de alcantarillado sanitario, por lo que las aguas servidas se mezclaron con las aguas de lluvia y todo terminó estancado en lo que antes fue una cancha de fútbol. La corriente era tan fuerte que se llevó las tapas de los colectores del sistema sanitario.

Los días pasan y la situación se complica, pues el agua acumulada se ha convertido en criadero de mosquitos. Además, para salir al trabajo o realizar compras en el mercado, los ciudadanos deben sortear los obstáculos que les ha dejado el temporal. “Estamos sentenciados a majar lodo y a caminar entre las aguas represadas”, se quejaron.

En San Raymundo Dos, a decir de las familias, la ayuda no ha llegado en al menos una década. “Nuestros hijos han comenzado a enfermarse. Queremos, necesitamos que vengan a evacuar el agua. Nos prometieron relleno, y nada. Cuando llueve esto es una desgracia. Para salir a la avenida principal tenemos que utilizar botes”, manifestó la habitante Lucila Grefa.

Israel Cojitambo, otro de los habitantes, señaló que durante los días de lluvias varios de sus vecinos temían que la corriente los arrastrara. “El agua nos llegó más arriba de la cintura. Se dañaron los electrodomésticos, el piso, todo”, lamentó.

El cantón Salinas, como publicó el pasado lunes EXPRESO, fue declarado en emergencia por el Comité de Operaciones Emergentes (COE) cantonal. Quienes integran el área de Gestión de Riesgos indicaron que llegará ayuda a todos los sectores que se encuentren con problemas y que además se fumigarán los territorios.

Sin embargo, la ciudadanía exige inmediatez y, más aún, planificación. Para Laura Vallarino, quien habita en Las Conchas, todos los vecindarios, residenciales o no, sufren estragos similares.

“En La Milina, en Costa de Oro, en Las Dunas, en las calles secundarias de Chipipe, todo es un desastre: lodo, tierra y mal olor. Para esta nueva administración solo pido planificación y que culminen las obras que quedaron a medias. Hoy están bajo el agua los contadísimos parques que tenemos en el balneario. No hay opción ni para jugar”, denunció Lorena Albán, habitante de Las Dunas. 

En el cantón La Libertad, asimismo varias calles de los barrios del área sur del cantón se encuentran aún con aguas acumuladas. Los ciudadanos tienen inconvenientes para salir de sus viviendas. El pedido a las autoridades municipales es que se evacúe el líquido y se acelere el plan de fumigación. Se teme que enfermedades por picaduras de mosquitos afecten a los pobladores.

Las comunas del sector sur de la provincia de Santa Elena, también tienen inconvenientes por el fuerte temporal. En estos lugares, sus habitantes temen quedarse aislados y es por eso que el equipo caminero de la Prefectura se ha desplazado  para mantener libres las vías.