Luego de que EXPRESO publicara una serie de notas que reflejaban las dificultades que tenían los estudiantes de zonas vulnerables de Guayaquil, para estudiar de forma virtual, y tras decenas de quejas ciudadanas que hacían alusión a lo mismo e invadían, cada vez más, las redes sociales; la alcaldesa Cynthia Viteri, informó que el Cabildo contratará a 300 maestros para impartir clases de educación básica a 6.000 niños  Monte Sinaí.

“Mantuvimos una reunión con funcionarios del Ministerio de Educación para presentarles esta propuesta, pero la cita posterior pautada para concretar el proyecto fue cancelada dos veces”, dijo Vivianne Almeida, Directora Municipal de la Mujer, a quien le preocupa que esta situación afecte el arranque del programa, que para poder cumplir con el año lectivo del Ciclo Costa, tiene que iniciar en octubre.

Ante esta situación Viteri, según precisa en un comunicado emitido la tarde de este 24 de septiembre, anunció que lanzarán el proyecto y que "quedará en manos de Educación, si les da el pase de año o no a 6.000 niños pobres" de ese sector; que, hizo énfasis, están en riesgo de abandonar su escolaridad o rezagarse, que se encuentran matriculados o fuera del sistema educativo.

Para ello se contratará a 278 tutoras (1 maestra por cada 22 niños y niñas) y 15 técnicos en Psicopedagogía (1 técnico por cada 20 maestros), detalló Almeida, quien agregó que los profesores visitarán a los alumnos en los barrios. 

Para los habitantes, sin embargo, es necesario que esta ayuda llegue también a otros sectores y no solo a Monte Sinaí. "Es verdad que ese sector es quizás uno de los más vulnerables de toda la ciudad, sin embargo esa misma dificultad la presentan otras familias. Si, por tiempo, es difícil acceder a otras zonas, sería bueno que nos permitan ir a Monte Sinaí para que los chicos, nuestros hijos, puedan también estudiar", precisó Carmen Obando, madre de una menor de 6 años, que habita en la Isla Trinitaria y no ha podido, por falta de recursos, acceder a las clases. 

"En casa nadie tiene un celular con acceso a internet y peor aún una laptop", lamenta.

Frente a estas realidades, en distintos puntos de la ciudad, jóvenes universitarias o bachilleres que no han conseguido un cupo para ingresar a la universidad, han optado por enseñar a quienes no tienen acceso a la tecnología. Y lo han hecho debajo de un árbol, en bodegas vacías, en patios, terrazas o en viviendas prestadas.