La cantidad de casas en Guayaquil con carteles enormes con letras rojas donde se lee ‘Se vende’ o ‘Inmueble en venta’ es impresionante. De acuerdo a los recorridos que hizo EXPRESO por la ciudad, las masivas ofertas se observan sobre todo en el norte de la urbe, en ciudadelas como Kennedy, Urdesa, Urdenor, Sauces, Los Ceibos, Guayacanes, Bellavista y Miraflores.

Según el portal inmobiliario Properati, uno de los principales nexos entre compradores y vendedores del mercado de viviendas, solo en esa zona, en el norte, hay 2.260 casas en venta, entre nuevas y de segundo o más uso. Mientras que en el centro de la ciudad la cantidad de esta oferta baja a 622 viviendas en venta y en el sur a 382.

Mariela Armendáriz, directora comercial de Properati y Proppit en Ecuador, confirma que sin duda hay más oferta de viviendas de segundo uso en el norte y las razones de ello se dan por el simple hecho de invertir en bienes raíces; recuperar la inversión realizada hace años; el deseo de vivir en un nuevo barrio, en su mayoría cerrado, y por la inseguridad, aunque esta es la opción que menos influye para sorpresa de todos.

Este último factor, que si bien es determinante para vender y comprar una casa, a decir de la experta en inmobiliaria, no marca una tendencia en la ciudad, ya que la oferta de venta de casas en Guayaquil, en comparación con los primeros meses de 2022, se mantiene equilibrada entre 4.000 a 5.000 viviendas en venta por mes.

Mariuxi Montalván, experta en comercialización de proyectos habitacionales, asegura que en los últimos cinco años hay más demanda de compra y venta por el mismo crecimiento poblacional y porque la migración de las familias dentro de la ciudad se da de barrio en barrio por apego familiar o seguridad.

“Esto es como un juego de dominó. Se vende más ahora que en años pasados, a pesar de la delincuencia. Es más, la delincuencia hace que la venta se mueva porque los que viven en el Guasmo preferirían vivir en La Pradera, porque el último barrio es más seguro que el primero, por ejemplo. Y así, los que viven en La Pradera querrán vivir en Los Álamos y para los de Los Álamos será mejor el centro, y para los del centro será mejor Urdesa; mientras que para estos, el siguiente paso será irse a una urbanización cerrada como las de la vía a la costa y Samborondón, con portales y guardianía”, ejemplifica.

No obstante, la cercanía, especialmente de los nuevos matrimonios, pesa al momento de adquirir un bien.

“Ellos siempre buscan vivir cerca de familiares que les ayuden con el cuidado de los hijos sobre todo, ahora esto tiene bastante incidencia”, explica Montalván.

En cuanto al porqué es más viable vender en el norte que en el sur, Montalván apunta al hecho de que las familias ven que en esa zona las autoridades les piden menos trámites para encerrarse o levantar puertas en las herraduras o callejones; y porque si se habla solo del negocio de bienes raíces, en el norte la plusvalía es mayor.

“Desde hace tres meses vivo en Álamos Norte y cambié mi residencia, que hasta diciembre fue la ciudadela 9 de Octubre, por las opciones que tengo a mi alcance. Tengo 4 centros comerciales a los que puedo ir caminando, tengo al mismo parque Samanes, que está mejor que el Forestal, en el sur. Y tengo más opciones de escuelas para mis niños”, reconoció.

Augusto Tapia es el propietario de una de las casas en venta en Sauces 6. En esa casa rentera con dos departamentos él vivió gran parte de su vida, junto a su esposa e hijas, pero luego decidió comprar una en una urbanización cerrada, con más comodidad. Pero la venta se ha complicado por el abanico de propiedades con las que compite en el mercado. Razón por la que se ha visto obligado a bajarle hasta 20 mil dólares para intentar atraer y asegurar un comprador.

En ese proceso, Tapia denuncia la burocracia y corrupción que ha tenido que experimentar para sacar los permisos de venta. Ha invertido más de $ 3.000 por papeleos, entre asumir esa casa como herencia y sacar diversos permisos y ha tenido que sortear costosas coimas en ese proceso. “Para regularizar la casa en el Municipio de Guayaquil me pedían coimas para que el trámite sea rápido. Hay corrupción”, detalló.

Su residencia cuesta $ 65.000 y se ubica en el promedio de precios que los portales inmobiliarios locales muestran en su plataforma en el norte de la ciudad. Según los análisis y estudios de Properati, el precio promedio referencial del metro cuadrado en Guayaquil es de $1.252 y el costo promedio de casa que más busca la gente en esa plataforma es de $ 105.000. El centro, Mucho Lote, Sauces, Las Orquídeas y La Aurora (Daule) son las zonas que más opciones tienen por debajo de esa cantidad.

Armendáriz menciona que las más demandadas en el Puerto Principal tienen 3 habitaciones. “El 32 % de las visitas de anuncios en venta incluyen casas de entre $ 50 mil a $ 100 mil, y un 25% de las búsquedas se enfoca en las que superan los $ 200 mil”.

Andreina Jiménez, quien ha colgado ya el letrero con letras rojas desde hace una semana, busca cambiarse de La Saiba a la Kennedy, entre otras opciones, por la vida comercial que hay. “En mí la inseguridad no influye tanto porque, a ver, inseguros estamos en todos lados. Lo que quiero es usar menos el carro. Caminar. Hacer mis compras en bici o a pie. Y este punto me da esas opciones definitivamente. Estoy rodeada de cafeterías y comerciantes, hay vida, a diferencia del sur”, señaló.