Bailes con las mejores orquestas del país, juegos tradicionales y desfiles, son algunos de los gratos recuerdos de Martha Criollo Guerrero que tiene del Barrio Garay, al que llegó hace seis décadas.

La playense, de 73 años, señala que quedan pocos de esos eventos con los que la primera barriada del oeste de Guayaquil homenajeaba a la Perla del Pacífico, cada 25 de Julio, por sus fiestas patronales.

El barrio. Nació el 18 de octubre de 1938 en lo que hoy es Asisclo Garay y Alcedo, conformado por 10 familias. Estaba asentado en el islote San José. El nombre fue escogido en agradecimiento al apoyo recibido por el entonces alcalde Asisclo Garay, quien llevó el relleno y lo dotó de servicios básicos.

Doña Martha avizora que, por la emergencia sanitaria, los festejos julianos de este año mostrarán un panorama desolador. Es que en esta ocasión no disfrutará del desfile cívico cuya ruta incluía a su sector, situado en las calles Colón, entre Asisclo Garay e Ismael Pérez Pazmiño.

En el colorido recorrido de 11 manzanas participaron en el 2019 unas 2.000 personas, entre estudiantes y representantes de entidades.

De no ser por la pandemia, mañana estaba previsto que las delegaciones se concentraran en las calles 10 de Agosto y la 11. Avanzaban hasta Ismael Pérez Pazmiño y culminaban en Alcedo, donde se ubica la tarima de autoridades.

En la última década, la agenda juliana del sector por lo general incluía juegos tradicionales y un festival de bailes folclóricos.

Debido a la suspensión de las actividades, el Comité Promejoras del Barrio Garay organiza desde junio pasado ciclopaseos semanales. Para el evento tienen el apoyo de la Unidad de Policía Comunitaria del Circuito Garay.

El recorrido tiene aproximadamente 7 kilómetros. La ruta es: Ismael Pérez Pazmiño, Colón, la 11, Cuenca, la 17, Capitán Nájera, la 13, 10 de Agosto, Carchi, Manuel Galecio, avenida Delta, Tungurahua, Ayacucho, Asisclo Garay y Colón. La jornada finaliza con bailoterapia.

• Inconvenientes. Si bien parte del sector ha sido regenerado, hay preocupación por la falta de alumbrado eléctrico, lo que facilita la actuación delictiva. Además, el barrio no cuenta con un local propio para el funcionamiento del centro de salud. También hay quejas por la mala disposición de los desperdicios y por la presencia de indigentes que ocupan los portales de los inmuebles.

“Hemos buscado la mejor manera de homenajear a nuestra querida ciudad, con eventos sencillos, pero con civismo y precaución”, expresa Xavier Zurita, coordinador general del gremio barrial. Resalta que ambos eventos son una manera de integrar a la comunidad.

El dirigente confía en que pronto vendrá la normalidad. Por ahora se concentran en el ciclopaseo y bailoterapia con el que cerrarán las fiestas julianas, programados para las 10:30 de mañana.

Por la cercanía del taller mecánico en el que labora, Pedro Alvarado es uno de los espectadores obligados de las actividades del Barrio Garay. “En esta ocasión es comprensible. Lo importante es no dejar morir ese ambiente cívico”, opina