Hay proyectos que Guayaquil aguarda por años y que desconoce si finalmente ya estarán en este 2024. Dos de estas sendas obras todavía no están al servicio de la ciudadanía pese a que llevan anunciándose desde la anterior administración municipal (liderada por Cynthia Viteri): la troncal 4 del sistema de transporte Metrovía y la terminal terrestre municipal costa.

Ambas corresponden a materia de tránsito. La primera pretende conectar el suburbio con el centro de la ciudad, mientras que la finalidad de la otra es movilizar a pasajeros hacia los balnearios. Esta última sería la segunda terminal satélite de la ciudad, después de la de Pascuales.

Hoy está Aquiles Álvarez al frente del Municipio y, en cuanto a la terminal terrestre costa, EXPRESO solicitó una entrevista para saber qué detiene la realización de este proyecto, en el que hasta ahora se coloca la ‘primera piedra’. Al respecto, el equipo de Comunicación de la Alcaldía contestó que el vocero oficial de este tema es el alcalde y que aún no se va a pronunciar al respecto. Cabe recordar que el gerente de la Fundación Terminal Terrestre de Guayaquil atendió a este Diario en junio de 2023.

Ahora, sin un pronunciamiento municipal, una especie de ‘manto’ de olvido continúa asentándose en la zona, detrás de la ciudadela Los Ceibos. Ahí en lo que sería la terminal lo que sí perdura es el paradero informal ante los ojos de apenas un agente de transporte público de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM). También están vendedores que ofrecen desde comidas hasta artículos varios.

Mientras eso sucede el dinamismo lo protagonizan los pasajeros que esperan a las unidades ya sea amontonados o agarrando bien sus pertenencias, pues el sitio es “zona roja”, concuerdan. Ellos no solo están atentos a que lleguen los buses de transportación interprovincial, como los de las cooperativas CLP, de Santa Elena; o Villamil, de Playas; sino que, asimismo, a los de diferentes líneas urbanas.

“Ya esto quedó en promesa y nada más. Ahí quedó ese anuncio y solo Dios sabrá cuándo la veremos (la terminal)”, contó Gabriel Chávez, trabajador que de tres a cuatro veces a la semana se dirige hacia Santa Elena.

El Concejo Cantonal sabe de este caso. En octubre anterior, en una sesión se conoció del acuerdo extrajudicial con los propietarios del terreno, sobre el que se hizo una escritura de transferencia de dominio por declaratoria de utilidad pública con fines de expropiación. Con esto se confirmó la realización de este proyecto. Ya van cuatro meses.

Ahora bien, la otra obra es la tan comentada troncal 4, que Álvarez argumenta que será un “ejemplo de transporte digno de Guayaquil”. En torno a esta tampoco se sabe cuándo finalmente rodará por las calles del suroeste y centro pese a que hay estaciones listas.

Lo que se conoce, de acuerdo a las apariciones del funcionario en medios, es que prevé que esta inicie operaciones en el primer semestre de este 2024. Es decir, en las fiestas julianas ya debería estar. Se ha prometido hasta wifi y aire acondicionado.

Pero al recorrer la calle Venezuela, y sus transversales, por donde se encuentran algunas de las paradas, hay carriles que todavía no han sido atendidos: las calles siguen abiertas y esto es aprovechado por los conductores que usan el espacio para estacionar sus vehículos, mientras que el agua se empoza, el monte crece y los desperdicios se acumulan generando problemas de insalubridad.

Al conversar con los moradores y propietarios de negocios del lugar es evidente su descontento. Uno de ellos es Ángel González, quien detalló que ya se van a cumplir tres años de convivir con las calles en ese estado, una situación que se origina desde la calle 14. Allí, narró, no solo ocurre el problema de que se estanque el agua y, en efecto, los mosquitos sean los nuevos ‘vecinos’.

“Aquí ha habido accidentes de tránsito; los carros se han metido y nos ha tocado junto a los otros trabajadores de esta zona sacarlos. Le recuerdo al alcalde que hizo la promesa de arreglar las calles, espero que tome asunto en este pedido”, acotó el ciudadano.

Por su parte, el activista social Fernando Alburquerque opinó que es crucial que se mantenga el impulso en el desarrollo de ambas infraestructuras de transporte para, subrayó, mejorar la calidad de vida de los habitantes y el desarrollo económico de Guayaquil.

“Esa obra ya tiene tiempo (troncal 4), pero las unidades con wifi, aire acondicionado que prometió el alcalde serían algo bueno; esperemos que el alcalde no tenga un déficit de unidades de transporte porque hay algunas que sobrepasan los 300 mil km. Ejemplo claro la terminal 25 de Julio, por donde vivo, que generó muchas molestias”, concluyó.

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