Ante la falta de espacios para estacionar sus vehículos, habitantes de varios sectores de la ciudad se han tomado las veredas de sus casas para convertirlas en garajes, lo que reduce el espacio público del peatón que debe lanzarse a las calles para caminar con tranquilidad.

En las afueras de varias viviendas de la ciudadela Las Orquídeas, por ejemplo, se puede observar unas especies de jaulas donde son guardados los automotores. Estas estructuras se asemejan a una rejas que sobresalen los portales y tapan las veredas.

“Los carros duermen sobre las veredas, junto a las casas. Las calles se estrechan y cuando están en las avenidas principales el peatón debe tirarse a la calle”, menciona Carlos Mendieta, un residente de esta zona, quien no está de acuerdo que las veredas se conviertan en garajes o parqueaderos.

Sin embargo, Benito Tomalá, quien habita en la Alborada, reconoce que muchos residentes de su sector han optado por construir garajes sobre la vereda en vista de los frecuentes robos que vehículos que existen en la ciudad.

La invasión del espacio público está prohibida en la ordenanza para la facilitación de la circulación vehicular en la ciudad de Guayaquil, que fija en su artículo 6 una multa del 15 % del salario básico para quien se estacione en lugares prohibidos por la Autoridad de Tránsito y Movilidad (ATM).

Pero esta ordenanza no es cumplida, a pesar de los operativos que dicen realizar las autoridades de tránsito.