
¿Por qué Willian Pacho usa el número 51 en el PSG?
La historia detrás del número 51 de Willian Pacho en el París Saint-Germain
En el París Saint-Germain, entre figuras estelares y números que evocan leyendas, hay un dorsal que parece contar otra historia: el 51. No es un número habitual en el fútbol de élite, y mucho menos en la espalda de un defensor.
Pero para el campeón de la Champions, Willian Pacho, ecuatoriano forjado entre el esfuerzo y la sensibilidad, el 51 no es una elección aleatoria. Es un tributo permanente a su madre, Glenda, quien falleció a los 51 años.

Desde su debut en Independiente del Valle
Desde sus primeros pasos en Independiente del Valle hasta sus días en el Parque de los Príncipes, ese número lo acompaña como un ancla emocional. “Es por ella, por mi madre”, dijo una vez, con esa mezcla de nostalgia y orgullo que solo permite el amor verdadero.
Más que supersticiones o cábalas, lo de Pacho son símbolos que lo conectan con su historia. Otro de ellos es la venda blanca en su mano izquierda, que comenzó como protección tras una lesión en su paso por el fútbol belga.
Pero cuando anotó su primer gol con la selección ecuatoriana con ella puesta, supo que no podía quitársela. Desde entonces, ese vendaje es parte de su identidad en la cancha, como una especie de talismán cargado de memoria y fuerza. Cada vez que lo ajusta antes de un partido, parece reafirmar una promesa: seguir adelante, incluso con las ausencias.

Y cuando suena el himno, antes del inicio, hay un instante en el que Pacho se queda quieto, ojos cerrados, respiración pausada. Esos segundos parecen un rezo íntimo, una conversación silenciosa con Glenda.
“Si pudiera verla, le diría que todo valió la pena. Que cumplí con lo que soñamos”, ha dicho. No hay tristeza en sus palabras, solo una convicción serena: el amor de una madre no se extingue con la muerte. En cada cruce, en cada balón disputado, en cada paso firme con el 51 a la espalda, ella sigue ahí, acompañándolo desde ese lugar donde habitan los afectos que nunca se van.
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