Paula Torres, de hacer rifas para poder competir a becaria olímpica

En menos de un año, la carrera deportiva de la marchista ecuatoriana Paula Torres dio un giro de 180 grados. De pasar de tener que hacer rifas para conseguir patrocinios o auspicios con el objetivo de conseguir fondos para competencias internacionales, la cuencana de 24 años pasó a ser tomada en cuenta por el programa de becas que el Comité Olímpico Internacional (COI) tiene alrededor del mundo con los Comités Nacionales.

La ayuda contempla apoyo económico y acompañamiento técnico por ser considerada una de las 10 promesas más importantes de Ecuador con miras a Los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.

Motivos, Paula tiene de sobra. En los Juegos Olímpicos de París, se ubicó en novena posición durante la prueba de los 20 kilómetros marcha, siendo ya considerada la segunda mejor andarina del país, por detrás solo de su compatriota Glenda Morejón, medallista de plata junto a Daniel Pintado de los relevos mixtos también en Francia. A eso hay que sumarle que Paula es actualmente segunda en el ranking mundial del World Race Walking Tour, tras haber ganado las tres competencias del circuito mundial.

“Definitivamente esto es un alivio. Ahora tendré que preocuparme en menos cosas”, dijo con ilusión la joven que ve con esperanza el ciclo olímpico que inicia esta temporada.

¿En qué consiste la ayuda que recibirá?

Según el Comité Olímpico Ecuatoriano (COE) la beca prevé una asistencia integral que cubre entrenamiento, atención médica, desplazamientos y apoyo técnico, con el compromiso del COE de administrar y supervisar el correcto uso de la ayuda.

“Esto ha sido gracias a un trabajo gigante que ustedes nos están haciendo. Haremos todo nuestro mejor esfuerzo por apoyarlos hasta donde podamos. Siempre será así. Y una de las cosas fundamentales que encontrarán aquí es un tema de honestidad, transparencia”, precisó Jefferson Pérez, vicepresidente del COE, durante la presentación de Torres y de 9 deportistas más en este programa.

Su historia, un ejemplo de resiliencia

Pero llegar hasta aquí no ha sido sencillo para Paula. Hasta poco antes de los Juegos Olímpicos 2024, la marchista no estaba incluida en el Plan de Alto Rendimiento, por lo que tuvo que organizar rifas y hasta realizar una carrera para recaudar fondos en Cuenca.

Un año antes, en el 2023, la marchista ecuatoriana se debatía entre la felicidad y el dolor. Pese a que logró posicionarse en segundo lugar en el Campeonato Sudamericano que se disputó en Brasil, vivió uno de los momentos más difíciles de su vida: el fallecimiento de su madre, principal apoyo y sustento en su carrera.

Todo sucedió mientras Paula regresaba al país tras obtener la medalla regional, pues recibió la noticia de su pérdida. Su madre había sido su mayor apoyo y la había acompañado incluso en las situaciones más complicadas. Fue un golpe emocional muy duro que la marcó profundamente y, al mismo tiempo, se convirtió en un impulso para seguir esforzándose aún más. Desde entonces, cada logro lo dedica a ella.

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