Para la marchista cuencana Paula Torres hay un antes y un después del 2023. Recuerda que el año pasado, al cruzar la meta del Campeonato Nacional de Marcha en Machala, su madre, Martha Sarango, la esperó. Lo hacía casi siempre que le tocaba competir. Disfrutaba ir a los torneos, dice la deportista. El sábado 3 de febrero, en el mismo torneo, pero ahora en Loja, eso ya no sucedió.

A doña Martha le ganó la batalla el cáncer, por lo que al cruzar la línea de llegada a Paula se le juntaron todas las emociones. “Me hubiera encantado que me vea ganar, pero ya no se pudo”, acotó con voz entrecortada la deportista, mientras en los altoparlantes se escuchaba fuerte que era la nueva campeona nacional en los 20 km.

Cronometrando 1 hora, 32 minutos y 46 segundos, la marchista de 23 años pudo imponerse a experimentadas y favoritas, como Magaly Bonilla (1:33.28), que terminó segunda, y Karla Jaramillo (1:34:41), tercera en una prueba que aún tiene abiertos cupos para los Juegos Olímpicos. Torres apunta a ello.

“El año pasado, dos días después de ganar la medalla de plata en los 20 km marcha del Campeonato Sudamericano Absoluto de Brasil, mamá murió. Un día después del sepelio con mi entrenador (Julio Chuqui) revisamos el ranking mundial y confirmaron mi clasificación al Mundial de Budapest”, precisó en su momento.

Y es que esa ha sido una constante en su vida, batallar contracorriente; solo abriéndose camino a punta de marcas y buenas participaciones. Hoy, junto a Glenda Morejón (ya clasificada a París 2024) tienen la atención de unos Juegos positivos para el país.

“El título nacional es importante. No estoy sola, además de mi entrenador, trabajo con un equipo multidisciplinario como fisioterapistas, psicólogos y muchas personas que me están ayudando... Tengo la capacidad y la convicción de llegar a París”, dice segura.

En caso de lograr el objetivo, para Paula sería la primera vez en unos Juegos de este tipo. Cuando le preguntan si se veía en Tokio, ella sin miedo asegura que no, que esos no eran sus Juegos, sino estos.

“Tokio no lo tuve en la mira, pero París sí; es algo que me propuse y estoy trabajando por ello”, acota.

Pese al apoyo recibido, la deportista es consciente de que debe buscar también financiamiento para alcanzar el sueño; de ahí que tenía previsto para el 18 de febrero organizar una prueba de Trail (competencia atlética de montaña) en Urco, Cuenca, pero ante la gran acogida de inscritos la reprogramó para el 21 de este mes.

“Las inscripciones siguen abiertas. Los fondos me ayudarán para invertirlos en mi preparación en el extranjero que es donde está el nivel que busco para los Olímpicos”, acota.

El título de los 20 km marcha del Nacional en Loja le dieron la clasificación al Campeonato Sudamericano; aún así hay otras pruebas en Europa a las que también apunta. Sabe que tiene el nivel.

“Desde que empecé en la marcha soñé con ir a unos Juegos Olímpicos y ahora es el momento. Cada mañana me levanto pensando en eso. Me lo debo a mí y a mi madre”, remata.

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