Bernardo Silva, el jugador que falló el penalti que cambió el rumbo de la tanda de Champions League ante Real Madrid, se redimió con un tanto en el minuto 84 que sacó del apuro a Manchester City para defender la corona de la FA Cup, por la imprecisión ofensiva de un Chelsea que perdonó.

Se levantó el City con dificultad del duro golpe sufrido el miércoles en Champions. Aún digiriendo la frustración y cerca de sufrir la segunda eliminación de un torneo en tres días. Visiblemente cansado. Muy justo en el físico y sin Erling Haaland en punta por un problema muscular.

Así sobrevivió el City desde el error del Chelsea, tan irregular e imprevisible como toda su temporada. Estuvo en botas de Nico Jackson, que perdonó hasta tres ocasiones claras para tumbar al campeón dejando sin premio al planteamiento valiente de Pochettino.

Salió por el rival, consciente de su superioridad física. Rebajó su posesión, provocó el error en el pase, reflejado en las pérdidas poco habituales de Rodri. Pero la imagen del técnico blue acabó asociada a la frustración por la falta de precisión en los metros finales de sus jugadores.

El ecuatoriano Moisés Caicedo, que participó los 90 minutos en el mítico Wembley, tuvo una oportunidad para adelantarse en el marcador. No fue ni centro a Jackson, ni remate. Otra muestra del intermitente rendimiento de Caicedo al igual que su equipo en toda la temporada.

En los minutos finales, el City pasó a generar desequilibrio con el belga Doku. Un zurdazo suyo y una carrera por banda que acabó en derechazo de De Bruyne, que fue quien decidió la semifinal. Su acción acabó en un rechace en el segundo palo que encontró la calma de Bernardo Silva en la definición.

El próximo reto del Chelsea será el martes 23 de abril cuando visite a un Arsenal que pelea el liderato en Premier League. Mientras que el City jugará el jueves 25 ante Brighton de Moisés Caicedo.

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