El eterno 0-0 al que parecen estar condenadas las finales entre Liverpool y Chelsea fue roto por Virgil Van Dijk, en el segundo tiempo extra de la disputa de la Copa de la Liga. El tricolor Moisés Caicedo estuvo cerca de la gloria inglesa.

El holandés, en un equipo plagado de adolescentes, apareció en el minuto 118 de la prórroga para quebrar el empate y dar a los Reds su décima Copa de la Liga ante un Mauricio Pochettino que sigue sin saber lo que es ganar un título en su paso por Inglaterra.

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Tras un gol anulado al propio Van Dijk, una expulsión perdonada a Caicedo, dos palos, infinitas ocasiones y un Liverpool que tuvo que recurrir a varios adolescentes por la falta de jugadores, el DT alemán Jürgen Klopp lo volvió a hacer y da un título más, quien sabe si el último a su club. Con suspenso, a dos minutos de los penales, pero de forma merecida, el Liverpool vuelve a levantar un trofeo que ya ganó hace dos años.

Esperar goles era poco más que una utopía, con los precedentes anteriores, las finales de Copa de la Liga y FA Cup de 2022, ambas acabadas en la tanda de penales tras sendos empates sin tantos.

El partido fue un carrusel de imprecisiones en los arcos, salpicado con controvertidas decisiones del árbitro y el VAR. Chris Kavanagh, uno de los más respetados colegiados de Inglaterra, no vio una tarjeta roja directa a Moisés Caicedo por una entrada accidental al tobillo de Ryan Gravenberch. El holandés se fue en camilla y Kavanagh ni revisó la jugada en el VAR ni sacó amarilla. Pese a este ‘lunar’, la actuación de Moi fue de los más altos del Chelsea al registrar un 94 % de pases precisos.

Del lado de Liverpool, el arquero Caoimhín Kelleher, uno de los tantos parches de los Reds, salvó un disparo de Palmer en el área pequeña y el VAR anuló por fuera de juego un tanto de Raheem Sterling.

Cody Gakpo tuvo un cabezazo al palo, Harvey Elliott una volea peligrosa y Van Dijk un gol que nadie protestó. El holandés, en una falta lateral botada por Andy Robertson, cabeceó el 0-1, calcando un tanto que le hizo al Luton Town. Se encendieron decenas de bengalas en la grada y se dio por hecho que la diana fue legal. Hasta que el VAR avistó un fuera de juego posicional de Endo, que molestó a Lewis Colwill para llegar a por el balón. Tras ir Kavanagh al monitor, decidió invalidarlo.

Con un Liverpool adolescente en Wembley, el Chelsea fue incapaz de tomar las riendas del encuentro, perdiendo el ritmo mostrado principalmente en el segundo tiempo, y vio cómo, a dos minutos del final, apareció Van Dijk en el primer palo para cabecear, y esta vez sin oposición de la tecnología el tanto que evitó los penales y selló la décima Copa de la Liga a los Reds, que son los reyes de esta competición.

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