La fiesta fue completa para el Mejía en la gran final de la Superliga Estudiantil. Se llevó la corona y contó con el masivo respaldo de colegiales y exalumnos de esta tradicional institución capitalina.

Los graderíos del estadio Banco Guayaquil, de Independiente del Valle, en Chillo Jijón, se pintaron de amarillo y azul. En el escenario deportivo retumbaron los cánticos de aliento para el Patrón.

Este respaldo impulsó a los jugadores del Mejía en el encuentro ante el 19 de Agosto de Yaguachi. Como en la semifinal, el extremo Carlos Salazar volvió a ser clave en el rendimiento del Patrón. Fue el gestor del juego y quien abrió el marcador con un remate colocado tras dejar en el camino a dos rivales, con túnel incluido.

El tanto desató la euforia en el estadio y provocó la reacción del equipo del Guayas, que consiguió el empate en los primeros minutos del segundo tiempo, con potente zurdazo de Daniel Cedeño.

Pero el título estaba destinado para el colegio capitalino, que poco a poco fue encerrando a su rival. Un preciso pase de Luis Cava fue aprovechado por Estalin Quinatoa para fusilar al arquero Jerson Arreaga y sellar la corona para el Patrón.

“Este triunfo lo dedicamos al colegio, que sea un ejemplo para las nuevas generaciones, para las selecciones menores, que con esfuerzo es posible cumplir con los sueños”, afirmó Salazar, quien se llevó el premio al mejor jugador de la fase final del torneo.

El tercer lugar del campeonato fue para el Vicente Rocafuerte de Guayaquil, que con tantos de Elkin Muñoz (2) y Axel Solórzano derrotó por 3-1 al Americano de Quito, que descontó por intermedio de Lucas Guarderas.