Mario Rizotto dejó su natal Uruguay, en 2013, para llegar a Ecuador como refuerzo de un Independiente del Valle que daba sus primeros pasos en la Serie A, y se enamoró del cuadro rayado y del país.

Formó parte de la generación que dio a conocer a los negriazules en los torneos internacionales, llegando a la final de la Copa Libertadores, en 2016, y que abrió el camino para las conquistas a nivel continental.

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De su etapa de cinco temporadas con los del Valle, resaltó que “fueron años inolvidables”. El exvolante rememoró que “fue Pablo Repetto quien me trajo. En ese momento se llamaba Independiente José Terán, un club que tenía todo lo necesario para entrenar, estaba en crecimiento, y eso se demostró con las primeras clasificaciones internacionales”.

Destacó que desde ese momento se evidenciaba la mentalidad ganadora de los directivos y que ahora se refleja en los dos títulos de la Copa Sudamericana, de la Recopa, LigaPro, Copa y Supercopa Ecuador.

“Los tropiezos que vivimos en los primeros años en las competencias internacionales nos sirvieron para llegar a la final de Copa Libertadores de 2016, donde dejamos en el camino a grandes como River Plate y Boca Juniors. Todo eso también sirvió como experiencia para las siguientes generaciones”, analizó Rizotto.

Confesó que se siente orgulloso de cada corona que consiguen los rayados. “El día que dejé el equipo les dije a los chicos que este club será grande, que conseguirá títulos. Cada estrella que logran me acuerdo de esas palabras. Siguen pasando los años y el club cada vez es más grande en lo futbolístico y como institución”.

Al ser parte de la historia de los negriazules, Rizotto fue invitado para llevar el trofeo de la LigaPro a la cancha en las finales ante Liga de Quito. “Es un orgullo tremendo. Que me reconozcan de esta manera, siendo extranjero, es algo hermoso. Cuando entré al campo en la primera final me dio ganas de volver a jugar, de vestir la camiseta de Independiente”, destacó.

El trofeo lo ingresó junto a Damián Manso, que es un referente de los albos, con quien pudo conversar y concordaron en que “se enfrentan los dos equipos más importantes actualmente de Ecuador. Estábamos de acuerdo que iba a ser parejo”.

Rizotto confesó que no pactaron ninguna apuesta con el Piojo y que ahora, que le toca ver las finales desde las gradas, se sufre mucho más.

De los jugadores que forman parte del plantel de los rayados y que fueron sus compañeros recuerda a Junior Sornoza con quien tiene una gran relación de amistad, y también a Moisés Ramírez y Anthony Landázuri, que tenían sus primeros llamados al equipo principal.

Al consultarle sobre qué jugador lo ve con sus características de orden y garra en el medio campo, mencionó a Lorenzo Faravelli. “Me gusta mucho su forma de jugar, es muy inteligente, maneja al equipo. Pellerano también le dio ese plus de experiencia. La garra, en cambio, cada uno tiene su estilo, ahora se juega más con el balón, a diferencia que en nuestra época”.

Sobre su pronóstico para la revancha del domingo 17 de diciembre, en el estadio Rodrigo Paz, dijo que “es el último partido y los dos equipos van a arriesgar un poco más, va a estar lindo, es una gran final. No quiero que vayan a penales, mi corazón me dice que Independiente va a quedar campeón ganando por 1-0”.

Rizotto volverá a ingresar el domingo con el trofeo, esta vez a la cancha de Liga de Quito, de donde espera salir festejando una nueva conquista del equipo que se quedó en su corazón.

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