Uno de los referentes de Liga de Quito es Franklin Salas. El Mago palpita lo que será la segunda final de la LigaPro ante Independiente del Valle y recuerda sus vivencias en estas etapas definitivas.

Sobre el juego de ida, disputado en la casa de los rayados, analizó que “me pareció un partido muy táctico en el que los dos equipos trataban de aprovechar las fallas o descuidos del rival. La igualdad creo que le cae bien a Liga porque define de local y eso es lo que buscaba”.

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En un poco más de 15 años de carrera, el exdelantero recuerda que “jugó unas seis o siete finales” y rememoró que la noche previa la vivía casi de la misma forma que las de otros encuentros.

“Se vive de esa manera por ocho o nueve meses seguidos de viajes, competencias, concentraciones, así que no cambia mucho”, señaló, y añadió que “dormía tranquilo, obviamente con la ilusión de poder hacer bien las cosas al otro día. Creo que cuando no se cambia la forma de entrenar, lo que los entrenadores planifican y las concentraciones en Pomasquí, la forma de dormir siempre es la misma”.

Cuando empezó, a inicios de este siglo, la habitación en las concentraciones las compartía con dos compañeros, “incluso hasta con tres más”, confesó, pero luego ya con más experiencia e importancia en el equipo lo hacía con uno más.

En la mayor parte de las veces era Paúl Ambrosi, con quien también compartía hospedaje en la selección. “Antes de una final con Paúl conversábamos del rival, de los defectos y virtudes. Por ejemplo, él me decía te va a marcar tal jugador y me aconsejaba qué hacer para pasarlo y yo también le comentaba sobre el delantero que debía cuidar”, contó.

El Mago tiene una final especial en su carrera y es la primera que disputó con los albos en 2003. “Ese campeonato contra El Nacional, en el que pudimos dar la vuelta olímpica, es el que más me queda marcado, porque fue el primer título para mí”.

Mientras que la conquista de la Copa Libertadores en 2008 para Salas tiene un sabor diferente porque fue “como llegar a la cúspide de una pirámide que íbamos subiendo poco a poco, con la consecución de torneos locales y buenas participaciones internacionales y creo que con ese logro coronamos eso”.

Junto a su familia, Salas dirá presente en la final del domingo 17 de diciembre, que se realizará en el estadio Rodrigo Paz, un escenario que le trae buenos recuerdos.

“Espero que el domingo haya goles, porque la emoción de un partido como estos son los festejos. Además, que la gente llene el estadio, que exista una fiesta y por supuesto, nosotros como liguistas anhelamos que el equipo sea campeón”, sentenció el Mago.

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