Con 35 años de edad, el delantero Robert Lewandowski sigue siendo un jugador fundamental para Barcelona en esta temporada, a pesar de que no solo ha bajado su rendimiento como goleador con respecto al curso pasado, sino también en aquellas métricas que implican físico, intensidad y participación en el juego, según los datos de BeSoccer.

Ante el líder de LaLiga EA Sports, Lewandowski marcó un gol, el noveno en partido oficial, pero buscó suerte con seis disparos, dos de ellos a portería. La métrica de goles esperados en ese partido se situó en 1,43, una cifra superior al tanto que anotó.

Las estadísticas de los goles esperados asigna un valor a cada disparo entre 0.00 y 1.00, para reflejar la probabilidad de que ese golpeo termine en gol. Así, un disparo que mide 0.01 xG sugiere que podría ser un gol en cada 100 oportunidades que se repita; otro que se sitúe en 0.99 xG, debería terminar en la red en 99 de 100 veces.

La temporada pasada, el delantero polaco terminó con 33 tantos, de los 31,07 goles esperados. Es decir, registró una diferencia positiva de 1,93.

Lo mismo pasó en su última temporada (2021-22) con el Bayern Múnich, cuando este guarismo se situó en 43,58 y marcó 50 dianas. Esta campaña, el residuo es negativo (-2,53). Es decir, ha marcado nueve goles de los 11,53 goles esperados.

Pero más allá del olfato goleador, el bajón del delantero centro azulgrana se evidencia en métricas relacionadas con la participación en el juego. El Lewandowski de este curso no le gana ni un atributo al del curso pasado.

En la última derrota contra el Amberes (3-2), donde fue titular por sorpresa de muchos tras no formar parte en un primer momento de la convocatoria, el internacional polaco no probó ningún disparo. Es la cuarta vez que le pasa esta temporada, pues también se quedó sin rematar en las victorias contra el Oporto (0-1) y la Real Sociedad (0-1), así cómo en la derrota contra el Shakhtar (1-0).

En los 19 partidos oficiales que ha participado esta temporada, la media de disparos del polaco por cada 90 minutos disputados es de 2,69, una cifra sensiblemente inferior si se compara con el promedio del curso pasado (3,47) y el de la campaña 2021-22 con el Bayern (3,98). Los tiros tras centro que remata (0,57) también han descendido con respecto a los que registró en su primer año como azulgrana (0,63).

El Lewandowski actual también da menos pases. El curso pasado intentó una media de 21,7 pases por encuentro, dos más aproximadamente (19,47) de los que completó en su última temporada con el Bayern. En los últimos 19 encuentros, esta media ha bajado ostensiblemente (17,2), por lo que da menos asistencias (0,11) y pases al área (1,55).

Las progresiones con el balón también han descendido. La media de este parámetro se sitúa este curso en 3,96, casi un punto menos que en su primera temporada en el Barça (4,85).

Además de participar menos en el juego, Lewandowski también ha bajado en algunas estadísticas que implican físico e intensidad. Las presiones defensivas y las recuperaciones en campo rival son los casos más llamativos.

Este curso, el '9' azulgrana realiza una media de 3,96 presiones defensivas individuales por partido completado. El curso pasado esta cifra ascendió hasta las 4,51 presiones, un guarismo similar a las que hacía con el Bayern (4,49).

A menos presión más difícil lo tiene para recuperar el balón en campo rival. En este primer tramo de curso, la media de este parámetro está por debajo de 1 (0,97). En su último año en Alemania, casi doblaba esta cifra (1,91), mientras que la temporada pasada se situó en 1,42 recuperaciones en campo rival por encuentro.

En los duelos aéreos ganados también baja el internacional polaco, sobre todo si se compara con el último curso (1,38 por 1,76). A ello se suma un descenso acusado en los desmarques. Si en su última temporada en el Bayern, trazaba una media de 13,68 desmarques en 90 minutos, esta cifra se situó en los 10,6 en su primer año como azulgrana. Ahora Lewandowski se desmarca 9,46 veces por encuentro.

Cifras que ayudan a entender por qué el Barça de Lewandowski, que viene de ganar con autoridad una Liga, está a siete puntos del líder de la competición doméstica, el Girona de Míchel Sánchez.

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