José Salgado, peleador quiteño de artes marciales mixtas (MMA), heredó de su abuelo, Víctor Manuel Salgado, y de su papá, Manuel Salgado, la pasión por los deportes de contacto y ahora trabaja fuerte para llegar a la Ultimate Fighting Championship (UFC).

La vida del luchador de 25 años se desarrolló dentro de un ring, el octágono o en el tatami del taekwondo y la lucha olímpica. Sin embargo, el gusto por las MMA pudo más y actualmente se encuentra en Estados Unidos buscando una oportunidad para dar el salto a la máxima categoría.

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“Desde siempre en mi familia hubo relación con los deportes de contacto. Mi abuelo fue primo del reconocido exboxeador Jaime Valladares. Él me introdujo a lanzar golpes. Mi papá después, viendo mi afición, me compró unos guantes de box”, contó a EXPRESO.

No obstante, Salgado no entrenaba de manera formal, sino que llevaba los guantes al colegio Johannes Kepler para ‘foguearse’ con los amigos y hacerlo por diversión. Luego entró a un gimnasio cerca de su casa, en el Valle de los Chillos, donde conoció por primera vez las artes marciales mixtas.

El debut se dio a los 12 años en una pelea amateur, pero faltaba algo para que se dedique de lleno a las MMA y se decidió por la práctica del taekwondo con el profesor Jorge Narváez.

En ese deporte llegó a ser cinta negra y entrenaba las dos artes marciales a la par. “Gané mi primera pelea profesional en 2016. Un año después perdí la segunda y conocí la lucha olímpica, en la que logré ganar dos nacionales sénior en 61 kg en 2019 y en 74 kg en 2021. Después tomé la decisión de volver a las MMA y para esto vine a Estados Unidos”.

La salida del país a perseguir su sueño se dio por falta de ayuda. “Llegué en septiembre del 2022. Salí del país por la falta de apoyo. Incluso después de haber ganado dos Nacionales de lucha, ninguna federación hizo algo por llevarme a un torneo internacional”, dijo desde Chicago, donde vive.

Entonces armó maletas y tomó la decisión de migrar. “No podía quedarme en un lugar donde dependía de cosas externas para poder mostrarme al mundo, por lo que vine a Estados Unidos a pelear MMA junto al apoyo de mi novia (Carmen Elena Santander)”.

Salgado, que combate en la liga Anthony Pettis Fighting Championship (APFC), una vitrina para llegar a la UFC, se considera un peleador completo, puesto que cuenta con un cinturón negro de taekwondo y cinturón violeta en jiujitsu brasileño. Además, lo combina con sus conocimientos en lucha olímpica, lo que le da una concepción completa del combate.

“Esto es algo que Dios puso en mi camino y siento que siempre ha sido así. Y si estoy donde estoy es por esa razón, así que debo seguir con mi misión”, manifestó.

Una jornada diaria del deportista nacional empieza temprano entrenando en el gimnasio Valle Flow Striking, a cargo del reconocido coach Mike Valle, entrenador de muchos peleadores de la UFC, entre campeones, contendientes y gente rankeada dentro de los mejores del mundo.

Luego vuelve a casa, come un poco y sale a trabajar en una aplicación de delivery. Para cerrar el día, Salgado va en la tarde a cumplir el segundo turno de entrenamiento, recoge a su novia en el trabajo y después descansa.

Dentro de ese camino trazado hacia la UFC, el quiteño venció en una cartelera organizada por la liga Anthony Pettis Fighting Championship, en Indiana, al local Asher Frederick, por decisión dividida en la categoría mosca, de manera que extendió su registro a dos victorias y una derrota.

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