El Leicester cayó fulminado ante el Fulham con una goleada contundente (5-3) y terminará la jornada al borde de los puestos de descenso, en la frontera de las posiciones de Premiership y con un calendario complicado para conseguir la salvación

Los Foxes, un equipo que ya no se juega nada y que vivirá plácidamente el final de temporada, esperaba sumar tres puntos en un partido clave. Y es que, después tendrá que recibir al Liverpool, visitar al Newcastle -ambos se juegan la Liga de Campeones- y terminar en su estadio contra el West Ham.

Ese horizonte no estimuló al Leicester en Craven Cottage, donde disputó una primera parte espantosa en la que firmó su sentencia de muerte. A lo largo de los primeros 45 minutos fue superado por el Fulham, que encarriló el choque con los tantos de Willian, Carlos Vinicius y Tom Cairney.

Tampoco en el arranque del segundo acto tuvo fe para salir del agujero y nada más pisar el terreno de juego recibió el cuarto, también obra de Cairney, que definió con un preciso disparo desde dentro del área.

El Leicester se tomó un respiró con el acierto de Harvey Barnes e incluso Jamie Vardy falló un penalti a falta de media hora que podría haber subido un 4-2 esperanzador al marcador. Sin embargo, Vardy no dio en la diana y Willian contestó rápidamente con el 5-1. James Maddison, desde los once metros y Barnes maquillaron un resultado que generará una incertidumbre tremenda en un equipo que se ha metido en un gran lío.