Un camino exitoso llevan los tricolores en los Juegos Paralímpicos de Tokio. Una medalla de oro (con récord mundial incluido), una presea de bronce y cinco diplomas son hasta el momento la gran cosecha de la delegación nacional integrada por ocho paratletas y dos guías.

Y se espera más alegrías cuando desde el jueves 2 de septiembre se desarrollen las competencias de salto largo, con Kiara Rodríguez como la principal representante. La deportista ya sumó un diploma al ubicarse en el quinto lugar de la prueba de 100 metros planos.

“Desde la base de entrenamiento en Turquía nuestras expectativas eran que Kiara podría estar en la final. Además, mejoró su marca personal de 12,60 segundos que estableció en 2018, a 12,54 segundos ahora en Tokio”, analizó el entrenador José Bernardo Valdés.

El especialista resaltó que Kiara, de tan solo 18 años, tiene un gran futuro en el paratletismo, y agradeció por las muestras de apoyo que han recibido desde el país.

El sendero triunfal en Japón lo abrió Darwin Castro, con un diploma en los 5.000 metros, el pasado jueves 26 de agosto, y lo ratificó ayer con otro reconocimiento en los 1.500 metros. Los suma al que consiguió en Río 2016, cuando se estrenó en la justa paralímpica. Pero con el sinsabor de no alcanzar una presea en la cita máxima, algo para lo que ya apunta en París 2024.

No se quedaron atrás Anderson Colorado y Damián Carcelén, quienes se ubicaron sexto y octavo en la competencia de 400 metros. Lo dejaron todo en la pista, pero no pudieron ante la velocidad del francés Charles Kouakou, quien se llevó el metal dorado.

Carcelén junto a Roberto Chalá cerrarán el sábado 3 de septiembre esta exitosa participación de la delegación tricolor, al ser parte de la prueba de salto largo.

Quien pasó de la alegría a la resignación en minutos fue Jordi Congo, al que se le fue de las manos el diploma paralímpico que había conseguido al ubicarse en el quinto lugar en la competencia de lanzamiento de bala, con un registro de 15,77 metros de distancia.

Una apelación de parte de los competidores ucranianos Maksym Koval y Oleksandr Yarovyi, que inicialmente eran segundo y tercero, hizo que el ganador de la medalla de oro, el malayo Muhammad Zolkefli, el tricolor Congo y el australiano Todd Hodgetts fueran eliminados.

La razón fue una supuesta demora en llegar a la zona de lanzamiento. De esta forma el ucraniano Koval se llevó la presea dorada y además impuso récord mundial con una distancia de 17,34 metros, en una prueba que estuvo marcada por la lluvia y que fue el presagio de las malas noticias que al final llegaron para el tricolor.