Richard Carapaz tiene claro que “todavía tiene todas las cartas por jugar” en su misión de recuperar el liderato de la Vuelta a España, y el miércoles 4 de noviembre se dio un día de tregua junto a Primoz Roglic en su lucha por ganar la tercera gran vuelta de la temporada.

El ecuatoriano y el esloveno apostaron por evitar desgastes innecesarios y llegaron en el pelotón principal a la meta de la etapa 14 en Ourense.

Roglic mantiene el maillot rojo con 39 segundos de ventaja sobre la Locomotora del Carchi que aprovechó la jornada para guardar energías de cara al asalto a la corona, previsto entre el jueves 5 y el sábado 7 de noviembre.

En conjunto con su equipo, el Ineos Grenadiers, Richie prepara la estrategia para dar el golpe a Roglic en la montaña, en especial el mítico alto de la Covatilla en el que finaliza la penúltima etapa de la Vuelta.

Chris Froome, ganador de siete grandes vueltas, comentó que la formación británica está enfocada en apoyar a Carapaz, su líder, para que recupere el primer lugar de la ronda española.

“Vamos a estar atentos a las oportunidades para tratar de recuperar el liderato”, comentó el ciclista británico, quien además destacó que “Richard hizo una contrarreloj fantástica porque hay que recordar que él no es un especialista en esta modalidad como Roglic. Así que perder menos de un minuto fue un resultado fantástico”.

Froome agregó que tienen claro que “debemos realizar mucho trabajo en los últimos días de la carrera” para apoyar a que Carapaz consiga el título de la tercera grande de la temporada.

Roglic analizó que la etapa 14, ganada por el belga Tim Wellens, fue “realmente rápida, muy difícil para todos, pero los compañeros un día más han hecho un gran trabajo. Estuvimos todo el día delante”.

Acotó que “iba conforme en el grupo y con el desarrollo de la etapa, pero si hubiese tenido la opción de sacar algunos segundos lo hubiese intentado, pero en un día de desgaste llegamos juntos arriba y acabé contento”.

Este jueves 5 de noviembre se desarrollará la etapa más larga de la competencia, de 230,8 kilómetros, y que volverá a poner a prueba las fuerzas de los aspirantes al triunfo en Madrid, en una jornada calificada de rompepiernas con cinco puertos y un final en rampa que podría marcar diferencias.