Después de obtener un diploma olímpico en Tokio, en julio, Alfredo Campo tuvo que parar. Una persistente dolencia en la rodilla hizo que pase tres meses lejos de su bicicleta.

Fue un merecido descanso después de un exigente ciclo que tuvo como cierre la participación en sus segundos Juegos Olímpicos, donde quedó a un paso de la soñada medalla.

Tras esta paralización obligada, el bicicrosista volvió a las pistas y ratificó su gran nivel al obtener el primer lugar en el Torneo invitacional de Daytona Beach, en Estados Unidos. “Estoy feliz de retornar a las pistas luego de mi lesión de Tokio. Me sentí muy bien”, comentó Alfredo.

Los organizadores resaltaron la presencia del tricolor olímpico como una de las atracciones de la prueba, que para Campo marcó el inicio del camino hacia París 2024.

Sobre lo vivido en Tokio, el deportista manifestó que “fueron emociones muy fuertes que me hacen sentir vivo, es una de las razones por las que me encanta mi deporte”.

Recordó la caída que sufrió en la primera manga eliminatoria y de la que se pudo recuperar para clasificar a la final. “El riesgo está ahí, a cualquiera le puede pasar. Si te caes debes levantarte y seguir con más fuerza. Eso vale más que cualquier medalla”, contó.

El diploma olímpico lo tomó como una revancha a lo vivido en Río 2016, donde una caída lo dejó sin la posibilidad de disputar las preseas. “Cuando me di cuenta que clasifiqué a la final fue un alivio, era una carrera que había esperado por cinco años”, confesó.

Campo está analizando lo que será su planificación en busca de la clasificación a París. Tiene claro que será un ciclo olímpico diferente, al ser más corto, por lo que debe elegir bien las competencias.

“Beneficia que solo sean tres años. La meta va a ser siempre ganar en cada competencia para llegar a los Olímpicos, que son la oportunidad de mostrar al mundo quién soy y de qué estoy hecho”, sentenció.