Tras intensas búsquedas, los equipos de rescate han encontrado los escombros del sumergible 'Titan' cerca de los restos del legendario Titanic. Lamentablemente, la compañía Ocean Gate confirmó que ninguno de los cinco tripulantes ha sobrevivido a esta tragedia. Pero, ¿qué llevó a esta nave a su desaparición en las profundidades del océano?

Detrás de esta intrincada situación se encuentra una tecnología innovadora que podría haber sido clave en la desaparición de los tripulantes, que de que se cumplieran dos horas desde su inmersión, perdieron todo contacto.

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UN DISEÑO Y FABRICACIÓN QUE NO SE CERTIFICÓ

Fabricado con una combinación de titanio y fibra de carbono, este sumergible prometía una resistencia distinta a otras para enfrentar las presiones extremas de las profundidades marinas. Las circunstancias extremas en las que desapareció plantean dudas sobre su verdadera efectividad.

Sorprendentemente, el Titán se manejaba mediante el mando para videojuegos de PC Logitech F710 Gamepad wireless controller, que tiene casi 20 años en el mercado. Aunque esta elección pueda parecer innovadora, los compradores de este dispositivo han reportado frecuentes problemas de conexión Bluetooth durante el uso, lo que plantea interrogantes sobre la confiabilidad del sistema de control.

El piloto del sumergible cuenta con tres pantallas táctiles de control, lo cual indica un enfoque moderno en la interfaz de usuario. Sin embargo, la ventada de 20 pulgadas es todo lo que permite a los tripulantes ver el exterior.

Además de la incertidumbre tecnológica, las condiciones de la tripulación dentro del sumergible también son singulares. El espacio interior, diseñado para alojar hasta cinco personas, les permite únicamente permanecer sentados sin posibilidad de levantarse.

Mientras que el único inodoro disponible, en forma de cubo junto a la ventana de 20 pulgadas, debe ser compartido por todos los ocupantes. Estas condiciones estrechas y claustrofóbicas pudieron ser tormentosas la tripulación.

A todo esto se le suma que el sumergible nunca obtuvo certificación ni clasificación por parte de ninguna organización marítima. La compañía Ocean Gate argumentó que este proceso limitaría la innovación y evitó someter el Titán a rigurosas pruebas de seguridad. Esta falta de validación y supervisión puede haber contribuido al misterio que rodea la desaparición del sumergible.

ADVERTENCIAS DESATENDIDAS: LA VOZ DE UN EXEMPLEADO QUE FUE SILENCIADO

Un antiguo empleado de la compañía Ocean Gate, David Lochridge, quien se desempeñaba como director de operaciones marítimas, advirtió sobre los riesgos del sumergible. 

En un informe de inspección de calidad en 2018, Lochridge hizo hincapié en la falta de pruebas no tripuladas, la alarma de emergencia que sonaba apenas segundos antes de una posible implosión y la limitada resistencia del ojo de buey ante las altas presiones submarinas, ya que el fabricante certificaba que podía resistir 1200 metros de presión, y Ocean Gate planeaba llevar al sumergible a cuatro mil metros bajo el agua. 

Las advertencias de Lochridge parecen haber quedado en el aire, y el empleado fue despedido al "revelar información confidencial a terceros" por el informe que había elaborado en el que advertía que él "identificó numerosas complicaciones que planteaban graves problemas de seguridad".

Las revelaciones sobre su diseño impenetrable, problemas técnicos y advertencias ignoradas plantean serias dudas sobre los límites de la innovación y la seguridad en la exploración submarina.