¿Por qué el viernes 13 da miedo? El origen real del mito

El viernes 13 es uno de los días más temidos y asociados con la mala suerte en muchas culturas alrededor del mundo. Pero, ¿de dónde proviene realmente este temor? La explicación está anclada en una mezcla de historia, religión y supersticiones que se han ido transmitiendo y transformando con el paso del tiempo.

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Uno de los posibles orígenes del miedo al viernes 13 tiene raíces en la tradición judeocristiana. Se dice que en la Última Cena, que tuvo lugar un jueves, estuvieron presentes 13 personas, siendo Judas Iscariote, el traidor de Jesús, el número 13. Además, Jesús fue crucificado un viernes, lo que vincula este día con la tragedia y el sufrimiento. La combinación del número 13 y el día viernes comenzó a verse como símbolo de mala suerte y presagio de eventos desafortunados.

En otras culturas, el número 12 es considerado un número de completitud: 12 meses en un año, 12 signos del zodiaco, 12 apóstoles, entre otros ejemplos. Por eso, el número 13 rompe esa armonía, generando inquietud y superstición.

La fobia al viernes 13 tiene nombre

El miedo al viernes 13, conocido como friggatriskaidekafobia o parascevedecatriafobia, se ha reforzado con el tiempo gracias a leyendas, películas y relatos populares que han propagado la idea de que este día está marcado por la mala fortuna.

Aunque no existe evidencia científica que respalde que el viernes 13 sea un día especialmente desafortunado, muchas personas prefieren evitar actividades importantes o tomar precauciones extra ese día, alimentando así el mito.

El miedo al viernes 13 es una mezcla de creencias antiguas, símbolos religiosos y tradiciones culturales que, aunque carecen de base real, siguen vigentes y forman parte del folclore popular en muchas partes del mundo.

¿Qué dice la inteligencia artificial sobre los objetos de mala suerte?

Consultamos a ChatGPT, una inteligencia artificial de OpenAI, para conocer qué objetos evitaría un viernes 13 si estuviera programada para “tener supersticiones”. Esta fue su respuesta:

“Basado en patrones culturales y supersticiones globales, evitaría espejos rotos, gatos negros en cruce de caminos, paraguas abiertos en interiores y relojes detenidos. Estos objetos tienen una carga simbólica negativa acumulada a lo largo del tiempo.”

Además, sugirió otros elementos que podrían considerarse de mal augurio en un futuro cercano: 

• Teléfonos con pantallas agrietadas, por su asociación con mala comunicación.
• Dispositivos electrónicos sin batería, que representarían una desconexión con el entorno.

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