Que los gatos se estresan por todo no es ninguna sorpresa. Pero se puede evitar que el animal sufra como consecuencia de algún cambio brusco. Por ejemplo, si has decidido cambiarte de casa y vas a llevarlo contigo.

Al ser los felinos animales territoriales se vuelven susceptibles y sensibles a las mudanzas. Ese inesperado cambio de hábitat puede llevarlo a un inusual nerviosismo y estrés. Es posible que algunos se escapen, tratando de llegar a su antigua morada, con resultados lamentables. Otros pueden perder el apetito o desarrollar problemas de comportamiento volviéndose agresivos.

“Lo primero que hay que aclarar es que cada gato es único, y los consejos que se puedan dar para mitigar el estrés son sumamente generales. Lo ideal es consultar directamente con un especialista. También depende mucho de si el gato está o no acostumbrado a salir al exterior de la casa”, analiza la veterinaria y etóloga Silvia Beltrán.

Consejos

La experta compartió varios consejos para aplacar el estrés del felino una vez que haya llegado la hora de mudarse de casa.

El día de la mudanza, antes de que llegue el camión, debemos instalar al gato (con sus platos, arenero, kennel, camita) en una habitación que nadie vaya a abrir. De preferencia, que sea la habitación favorita del gato. Y será la última en vaciarse.

Cuando ya esté empacado todo ponemos al felino en su kennel y lo llevamos a la nueva casa, y en ese momento recién se debe vaciar la habitación donde estaba el animal.

Al llegar a la nueva vivienda repetiremos el proceso de ingresar todas las cosas del gato en una habitación segura, es decir que tanto puertas y ventanas queden completamente bloqueadas. De preferencia, que alguien se quede acompañándolo mientras llega el camión de mudanza con todos los muebles. Dependiendo de la personalidad del gato puede quedar dentro o fuera del transporte mientras se ingresan todos los enseres a la nueva residencia.

Estar listo

• ¿Cuándo hacer el cambio? Depende de la personalidad del gato. Pueden ser dos semanas. Para conseguirlo es importante mantener las rutinas que teníamos en la casa anterior.

Evita que se escape

Antes que nada, el gato debe tener collar y placa de identificación, por precaución.

Mantener siempre las puertas y ventanas cerradas, por lo menos durante dos semanas. También indicar a todas las personas que antes de salir al exterior, así sea al patio de la casa, observen que el gato no esté cerca de la puerta, y abrirla con mucho cuidado.

Incluso podemos distraer al gato con algo de alimento antes de abrir una puerta.

La preparación: un proceso

Acuérdate de entrar varias veces a la habitación donde lo has dejado para jugar con él. Dale todas las caricias que sean necesarias y no te olvides del cepillado.

Una vez que la casa esté lista y ya no haya movimiento de muebles y cajas déjalo salir de la habitación con mucho cuidado, pero manteniendo las puertas y ventanas cerradas, para permitir que deambule y explore las áreas de la nueva casa y pueda entrar en confianza.

Si el gato es tímido tardará en hacerlo, lo hará a su ritmo. Tenle paciencia.