Cuando por alguna razón una persona sufre un golpe o una herida el organismo genera enrojecimiento, calor o hinchazón, lo cual es conocido como una inflamación aguda. Inmediatamente el sistema de defensa del cuerpo, el inmunitario, toma el control y repara el daño.

Sin embargo, existe otro tipo de inflamación, mucho más discreta, que permanece en el cuerpo más tiempo del necesario provocando un efecto contrario que da la oportunidad de que aparezcan enfermedades crónicas como la diabetes, Parkinson, hipertensión, problemas cardiovasculares, artritis, entre otros.

“Cuando nosotros hablamos del organismo con inflamación significa que algunos órganos están produciendo sustancias relacionadas con parámetros de inflamación aguda o crónica en la sangre”, explica Mariuxi Egas, máster en Dietética y nutrición.

La buena nutrición ayuda a la prevención

La medicina en la actualidad ha encontrado que antes que se presente una enfermedad pueden haber etapas previas en las que hay inflamación en ciertos órganos por diferentes causas y una de las medidas preventivas se encuentra en la comida.

“Hay una relación cada vez más directa entre el estado inmunológico y la condición de la flora intestinal que existe en nuestro cuerpo, la misma que está relacionada con nuestra alimentación”, señala la doctora Egas, quien además es catedrática universitaria.

“Dependiendo del tipo de alimentos que consumamos nuestra flora bacteriana va a ser más variada con un sistema inmunológico más eficiente. Es decir, las bacterias que viven en nuestro intestino van a condicionar que se secreten sustancias que pueden potenciar o reducir los procesos inflamatorios”.

Por lo que es de vital importancia poner atención a lo que se consume.

Lo que no debe faltar

De acuerdo con la doctora Silvia Núñez, “la respuesta al estado de inflamación del organismo es que se genera un ambiente ácido y para poder contrarrestarlo se deben consumir alimentos que ayuden a alcalinizarlo y esto se logra con productos naturales y frescos como vegetales y frutas, ya que contienen micronutrientes y antioxidantes que ayudan a erradicar el efecto de acidez”.

Tome nota de los infaltables en su mesa:

• Frutas como frambuesas, frutillas, moras, arándanos, naranjas, toronjas, melón y tomate.

• Vegetales como el brócoli, nabo chino, espinaca.

• Granos integrales, arroz, linaza y chía que tienen omega 3.

• Grasas buenas como el aceite de oliva extra virgen.

• Y proteínas como el pescado de agua fría, puede ser salmón o sardinas.

Además, la nutricionista recomienda evitar los alimentos procesados, el consumo de carne roja, harinas, frituras, grasas trans y embotellados o envasados.

Tome nota

La dieta que se siga debe ser equilibrada, individualizada y prescrita por un especialista según cada condición médica.