“Amor a primera vuelta”, así es como se describe un llamativo paseo para mascotas en Riobamba, capital de Chimborazo. El ‘Perro Vagón’ es un vehículo adaptado, compuesto por un cuadrón que funciona como locomotora y varias pequeñas jaulas en forma de vagones, cuyo conjunto se asemeja a un tren y el cual se pasea a los caninos por las calles y parques de la ciudad.

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Natalia Salazar es una riobambeña que creció rodeada de perritos. Desde niña conocía que una de las necesidades de estos animales, considerados los mejores amigos del hombre, es pasear para quemar sus energías y liberar su estrés con el fin de crecer sanos y felices. “Si tomamos en cuenta que el día de una persona es una semana para un perro, ¿cómo se sentiría encerrado por una semana?”, explica la muchacha, que todos los días conduce su trencito por las calles.

La idea -reconoce- nació cuando estaba en la universidad y sufría mucho cuando tenía que dejar a sus mascotas y buscar quién le diera la mano paseándolos. “Me dije, si yo tengo ese problema, muchos estarán en la misma situación. Así que me decidí a poner la idea en marcha”, añadió.

Diseñó los vagones junto con un maestro, pues quería hacerle homenaje al tren, por el símbolo que representa para la ciudad, y además su bisabuelo era ferroviario. De pequeña iba a la estación para recibirlo y recuerda emocionada que saltaba cuando escuchaba la sirena y veía pasar a los coches hasta la estación.

“La situación actual hace que también se busque seguridad para nuestras mascotas, son parte de nuestra familia”, asevera. Asimismo reconoce que las pezuñas no resisten el calor del asfalto caliente. En cada servicio se tiene mucho cuidado con cada ejemplar, se empapa de conocer su carácter y su forma de actuar junto a otros “peluditos”. Los recorridos tienen una duración de noventa a ciento veinte minutos, dependiendo de la distancia del parque.

Los canes son recogidos de su domicilio con su collar de identificación. Natalia los lleva hasta el vagón y asegura la puerta, esto garantiza que disfruten el paseo muy seguros, sin el peligro de que quieran correr detrás de un auto o perseguir a personas y animales.

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En cada horario se recoge máximo a cuatro mascotas, y luego son llevadas hasta el parque que les corresponda, ahí los baja uno a uno para que corran, jugueteen y si realizan sus necesidades, ella también está lista con la bolsa para recogerlo. “El parque es de todos, pero de la misma forma tenemos la obligación de mantenerlo limpio, para que todos puedan disfrutarlo”, manifiesta. Entre sus clientes están Pelusa, una french muy juguetona, que como fue operada debe tener mucho cuidado al caminar.

Logan es un lobo akita de 12 años, que pasea con Natalia por la ciudad sin falta tres veces por semana desde hace tres años. Sus dueños se sienten muy contentos porque además de brindar la oportunidad de paseo pueden corroborar todo el recorrido, puesto que Natalia, una vez que los retira del hogar, envía la ubicación en tiempo real, además de fotos de sus mimados haciendo sus travesuras.

“Es tan lindo verlo llegar; los perritos muy ordenados ingresan a la parte que tiene los juegos para mascotas. Nunca han dado ningún problema y dejan limpiecito”, asevera Elba Coronel, quien tiene un negocio en uno de los parques a donde llega el Perro Vagón.

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Natalia ama a los perritos. Todos los días los pasea y atiende. Y cuando llega a su casa no se cansa, pues es hora de atender a sus seis mascotas, tres bulldogs ingleses y tres pugs. “Los animalitos nos brindan desinteresadamente tanto amor. ¡Cuidarlos me llena de paz y alegría!”, finalizó.

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