“Es de Michelle Solms”, se suele escuchar para darle identidad a una decoración de árbol navideño, centro de mesa o corona que tienen su sello: detalles que llaman la atención y una técnica que le ha tomado años de trayectoria.

Atenta a su intuición, el proceso creativo no empieza con las formas, sino con lo que le dicta su imaginación o el contacto con los materiales para, así, destacar sus características.

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Después de horas en cada casa, los resultados siempre son distintos, porque ninguna decoración se parece a otra. Es que Michelle pasa de largo ante los típicos estándares.

Desde la intimidad de su hogar, dialoga con SEMANA sobre cómo vive esta época, en la que sus jornadas pueden ser de 23 horas, los gajes de ser decoradora y la forma en que sigue explayando su creatividad cuando las luces navideñas se apagan.

• Fijación por los detalles

“Dicen que tengo magia en mis manos”, comenta Michelle con una sonrisa. Aunque viene haciendo trayectoria desde el 2006, ella ya demostraba su talento desde niña.

“Siempre amé la Navidad. A los 9 años, me animé a hacer mi primera decoración”, recuerda. A modo de juego decoró toda su casa mientras la mamá estaba en el trabajo. Y lo que pareció ser una travesura marcó el camino para que escogiera la carrera de Diseño de Interiores y después emprendiera.

“Cuando me casé, mi suegra y mis cuñadas visitaban la casa y como veían mi árbol superlindo, pedían que también hiciera lo mismo con el de ellas”, comenta. Así empezó la recomendación del boca a boca y cada vez más Michelle escuchaba: “Dile que decore mi casa”.

Poco a poco fue comprendiendo cuál era la verdadera fascinación: su estética. Rodearse de materiales y texturas muy diferentes le ha servido como herramienta para crear bajo su estilo espacios de ensueño y poner en práctica ese talento innato. “Dios me mandó con este arte”, agrega.

La capacidad de trasladar todo lo que tiene en su mente para plasmarlo con sus manos hizo que desde el 2018 comenzara a hacerse más conocida en Guayaquil y Samborondón. Luego en otras ciudades como Quito o Manta, bajo el nombre Navidad Decor.

“He batido récords propios de decorar un árbol hasta en 40 minutos”, dice sobre aquellos de tamaño estándar, pero ha embellecido otros de hasta de cinco metros en un tiempo de tres horas y media.

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Ahora, Michelle no solo se enfoca en la decoración de viviendas. Entre sus clientes también están hoteles, sets de televisión y hace colaboraciones con tiendas departamentales.

En su búsqueda constante de la belleza, va poniendo interés en cada detalle, que van desde cintas, flores, esferas hasta letreros, para convertir espacios únicos y de encanto.

• Compartiendo su magia

No solo le gusta ver a la gente feliz con su decoración, sino también compartirles su conocimiento.

Se da tiempo para impartir talleres a más mujeres, aun cuando desde el mes de octubre hasta diciembre su ritmo de trabajo empieza a las siete de la mañana y termina once de la noche. “En esos meses, literalmente vivo en Isla Mocolí”, bromea por el número de clientes que tiene allí.

El primer taller que dictó fue sobre realización de coronas. “Es maravilloso escuchar que me digan ‘Michelle, vendí diseños gracias a ti...’. Son personas que pudieron emprender y hacer su platita con lo que les enseñé. Yo no soy egoísta con lo que sé”, dice.

Su carisma y actitud tienen mucho que ver. Ella piensa que hay mercado para todas. “No me gusta competir con las demás, porque cada una tiene su propio estilo y un nombre ya establecido”.

Puertas adentro, su hija de 19 años está siguiendo sus pasos y es quien la suele acompañar a hacer las decoraciones. “El talento o don hay que potenciarlo, no sabemos cuán feliz puede hacer a los demás”.

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• Cuando se apagan las luces  

Al emprender todo viene de su creatividad. Una vez que la decoración navideña queda en pausa, Michelle se dedica al diseño de calzado. Este un proyecto que plasmó con su hija de 25 años. Empezó en el 2019 y marca la diferencia por los detalles, con la idea de que más es más. Apliques, piedras, tiras, tachas, destacan desde flats, stilettos hasta plataformas que tienen la etiqueta Geymi. Con estos diseños ha generado empleo a artesanos locales. “Todo es hecho con amor y en Ecuador”.

• 5 tips navideños

1. Trucos al decorar: Las cintas, además de clásicas, son un recurso cuando no tiene muchos adornos, ya que ayudan a llenar espacios.
2. La iluminación: Los focos multicolores ya no se usan, sino más bien de un solo tono.
3. Colores en tendencia: Blanco, verde oliva e incluso negro.
4. La punta del árbol: La estrella siempre será atemporal, aunque también se puede optar por espigas. Y si, por el contrario, quiere marcar diferencia, se puede usar un elemento que no esté en los adornos, por ejemplo, un ángel, entre otros.
5. La clave: Aunque utilice adornos de otros años, está bien mezclar con algunos nuevos y diferentes para que cada Navidad tenga su encanto.

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