El viaje hacia la comprensión de nuestra esencia está marcado por valiosas lecciones y desafíos que dejan una impronta duradera en nuestras vidas.

María Gabriela Paredes Jaramillo (25), una joven periodista y visionaria empresaria originaria de Quito, encontró en la filosofía japonesa del ikigai un instrumento poderoso para concretar este propósito de autoconocimiento.

Pero esta filosofía no solo se convirtió en su guía para la comprensión personal, sino también en la fuente inspiradora que la impulsó a perseguir sus anhelos más profundos.

Su historia se remonta a 2017, un año marcado por circunstancias que la llevaron a enfrentar una situación emocional desafiante. Este período de su vida se convirtió en el crisol donde su resiliencia y determinación fueron sometidas a prueba. Luego, a principios de 2020, en medio de la pandemia mundial y el confinamiento, Gabriela, con años de autorreflexión a cuestas, decidió que era el momento de ejercer un cambio significativo.

Fue así que dio vida a su proyecto magno: Ikigai Studio, una boutique de artículos de papelería con propósito e intención. Encontró en la soledad y el tedio de la cuarentena, una plataforma para compartir sus métodos holísticos y de bienestar con un público más amplio.

En una conversación íntima con SEMANA, Gabriela comparte un aspecto crucial de su transformación: “Cuando este método llegó a mí, comencé inconscientemente a vivir en el presente y a enfocarme en descubrir cuál era mi propósito en la vida. Fue un proceso de maduración emocional y crecimiento espiritual”.

Aunque no existe una traducción directa del término a nuestro idioma, se sugiere que ‘ikigai’ se compone de las palabras japonesas ‘ikiru’, que significa vivir, y ‘kai’, que significa “la realización de lo que uno espera”, lo que en conjunto forma la noción de tener un propósito en la vida.

Se fundamenta en cuatro pilares de vida: misión, vocación, profesión y función vocacional. Gabriela destaca la importancia de armonizar lo que amamos, lo que somos, lo que se necesita y lo que puede recompensarnos. Subraya la necesidad constante de introspección para descubrir y mantener ese equilibrio personal, y recomienda volver a realizar el ikigai cada seis meses.

El Ikigai Planner, el primer producto estrella de la tienda, va más allá de ser una simple agenda. Incluye ejercicios de autodescubrimiento, recordatorios, un calendario lunar y hojas dedicadas al journaling, el dibujo y la expresión creativa.

Con el tiempo, este producto emblemático dio paso a una variedad de ideas, desde organizadores mensuales, velas intencionadas y hasta cartas con afirmaciones de amor propio. Hoy, este catálogo cuenta con más de 29 productos diseñados para fomentar la organización y el bienestar.

Cada lección aprendida es un destello de sabiduría que reflejamos en nuestro ser, y Gabriela, al descubrir su propósito, no solo ilumina su propio camino, sino que también guía a quienes buscan encontrar su propia luz en la oscuridad. En compartir su sabiduría, la polifacética joven ha logrado crear un eco espiritual que resuena en quienes anhelan descubrir el significado más profundo de su existencia.

• Honra su pasado

Actos de amor. La entusiasta quiteña reflexiona sobre su evolución personal al afirmar: “Pensé en la Gabriela de 2017 e hice el ejercicio de ofrecerle algo que hubiera deseado recibir en ese momento. Mi marca está diseñada, en cierto sentido, para conectar con esa Gabriela del pasado que vivía en automático, así como para cualquier persona que se identifique con esos sentimientos”.

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