ONG Sacando Sonrisas
ONG. La Fundación Sacando Sonrisa trabaja en las calles de Guayaquil llevando alimentos, esperanza y fe.Cortesía

Fe, alimentos y futuro: así trabaja Saquemos Sonrisas en barrios vulnerables

La fundación ha impactado a más de 400 mil personas en situación de vulnerabilidad, brindando ayuda alimentaria y espiritual

Por más de nueve años, la Fundación Saquemos Sonrisas ha dedicado su labor a transformar la vida de miles de ecuatorianos que atraviesan situaciones de extrema vulnerabilidad. Carlos Molina, su representante, resume el camino recorrido con emoción: “Hemos bendecido a miles de personas en el Ecuador, en diferentes áreas, con las personas que viven en situación de calle, las personas que están en situación de vicio, en centros de rehabilitación hemos ayudado, las personas también que están en vicio en las calles".

El trabajo de la fundación es amplio y diverso. Además de atender a personas en condición de calle o con problemas de adicciones, Saquemos Sonrisas organiza entregas de alimentos en barrios populares de distintas provincias. “Hemos tratado también de entregar fundas y cajas de comida en diferentes barrios populares a nivel nacional”, relata Molina. Su labor también se ha extendido a los hospitales, los buses, los puentes y múltiples espacios públicos donde se desarrollan actividades de evangelización y acompañamiento espiritual.

Un brazo social que ayuda multitudinariamente 

A lo largo de estos nueve años y medio, el impacto social de la organización ha sido notable. “En todos estos años yo podría decir que unas 400 mil personas han sido beneficiadas, porque siempre hacemos actividades de 100 personas para arriba, de 200, como pueden ver en las fotos”, explica Molina, quien destaca la constancia y el esfuerzo colectivo que ha permitido alcanzar estas cifras.

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Además de la ayuda alimentaria, la fundación tiene un fuerte componente educativo y de prevención. Entre sus objetivos está “tratar de sacar a los niños de la pobreza, de la desnutrición, apoyarles con toda la educación; se ha podido lograr, gracias a Dios no hartísimos, pero sí algunos casos importantes”, agrega Molina. Estos pequeños avances son considerados por la fundación como grandes victorias en el largo camino por combatir la pobreza estructural.

El corazón de Saquemos Sonrisas: sus voluntarios

Actualmente, el equipo de trabajo de Saquemos Sonrisas está conformado por 15 personas, entre adultos y menores de edad, que colaboran en las distintas tareas y proyectos. Pero su visión de futuro es todavía más ambiciosa. Molina revela que uno de los principales sueños de la fundación es establecer un espacio físico propio. “Tenemos el proyecto de tener un albergue provisional o fijo para recibir a niños y a mujeres maltratadas”, afirma a EXPRESO. Este centro permitiría ampliar aún más el alcance de sus acciones de asistencia y protección.

El poder de la fe en todas sus obras

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La fe ocupa un lugar central en el accionar de la organización. “Somos una fundación cristiana que trata de, aparte de darte un alimento, también darte una palabra de esperanza, sentarse a conversar contigo y buscar darte una solución”, comparte Molina. Esa combinación de apoyo material y acompañamiento espiritual ha sido, para muchos de sus beneficiarios, la llave para encontrar nuevas oportunidades de vida.

En su camino, la fundación también ha impulsado pequeños emprendimientos. “Hay personas que no han tenido nada y se las ha apoyado con un emprendimiento, algo pequeño, y así las personas han surgido, han salido muchas personas, gracias a Dios, de las calles por haberlos apoyado”, concluye el vocero, testigo directo de historias de superación que son el verdadero motor de esta obra social.

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