Se sabe que el alzhéimer es un tipo de enfermedad degenerativa del cerebro que causa inconvenientes en la memoria, el comportamiento y la forma de pensar de quien la sufre. Sin embargo, el daño no lo experimenta solo el paciente, pues sobre los cuidadores y familiares también recae una parte de este pesar.

Para ellos es ciertamente duro. Por eso, antes de brindar el apoyo, Johsme Hernández, jefe de servicios médicos del Hogar Corazón de Jesús, indica que se requiere de exámenes preliminares que determinen si aquella persona es idónea para cuidar de un paciente con alzhéimer.

Para un buen desempeño en este engorroso camino, el cuidador debe tener una salud mental estable, ya que le tocará enfrentar una gran cantidad de estrés emocional y aislamiento social, lo que puede comprometer su salud física.

El experto comparte algunas recomendaciones que le van a permitir lidiar con esta carga emocional.

• Lo que ellos sufren

1. Estrés emocional: Los cuidadores de pacientes con alzhéimer a menudo experimentan altos niveles de estrés, ansiedad y depresión, debido a la alta carga emocional que genera esa incertidumbre e inestabilidad que caracterizan a la ‘enfermedad del olvido’.
2. Aislamiento social: Estar enfocado en su labor puede llevarlo a aislarse o encerrarse, minimizando el tiempo para actividades sociales, situación que puede hacerlos sentir muy solos.
3. Impacto en la salud: El estrés crónico puede tener efectos negativos en el bienestar de los cuidadores, incluyendo problemas de sueño, fatiga y demás enfermedades relacionadas.

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• Consejos

1. Buscar apoyo: Es crucial que los cuidadores busquen ayuda emocional de amigos, familiares. De esta manera, al compartir las experiencias se les aligera ese peso que llevan en sus hombros. Si no se siente en confianza con sus cercanos, no pierda tiempo y consulte con un profesional de la salud mental.
2. Conocer más: Aprender sobre esta enfermedad puede ayudarle a comprender mejor los desafíos, cómo salir victorioso de ellos y también lograr desarrollar estrategias más efectivas para el cuidado del enfermo y el bienestar propio.
3. Autocuidarse: Darse tiempo para uno mismo es muy importante. Es conveniente buscar oportunidades para tomarse un respiro de su día a día de vez en cuando. Una forma es delegando tareas cuando sea posible.
4. Planificación financiera: Las enfermedades tienen un costo no solo a nivel físico o mental, sino también monetario. Sea precavido y considere buscar recursos financieros disponibles para aliviar la presión que provoca el tratamiento del doliente.

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