Aquel día fue como si el grupo que había llegado al Malecón para una caminata con sus perros llevara consigo un imán. En cuestión de minutos comenzaron a aparecer más y más personas que los rodearon. “Los lobos paralizaron el Malecón”, recuerda Roberto Navarro, quien preside el Club Lobos del Ártico Guayaquil.

Han pasado casi seis meses de aquel día, pero para el grupo, que se constituyó hace cinco años, aún está presente ese momento en que todos querían tomarse una foto con los canes de razas husky siberiano, con los samoyedo y los alaskan malamute que estaban en el lugar.

Les atraían su imponencia, su pelaje y sus ojos, algunos azules, otros color miel y varios de un negro intenso. No faltaron los que cautivaron por su heterocromía (ojos de color distinto).

No es la única vez en la que su llegada se ha hecho sentir. Pasa también en aquellas jornadas de integración en el Parque Samanes.

El grupo, que está conformado por más de 120 personas, se ha convertido en una familia, aseguran sus integrantes. Por ello, lo principal es apoyarse en todas las dudas que tienen sobre las razas. Por este motivo se han impartido charlas que han permitido conocer, por ejemplo, cuáles son las necesidades de estos canes y cómo adiestrarlos.

Los perros de estas razas tienen parecido físico con los lobos, por sus hocicos finos y alargados, grandes y afilados colmillos, orejas puntiagudas, pelo grisáceo y abundante, cuerpo firme y compacto y patas delanteras finas, fuertes y largas. A su vez, también comparten algunas características de temperamento y costumbres, como ser muy enérgicos, atentos, activos y efusivos.

Pero no es la única cualidad que los distingue. Además, se encuentra también su necesidad de manada (su familia humana será su clan).

Por esto, este grupo se siente tan atraído por estos perros, pero también por las causas animalistas.

Como club colaboran con las campañas de adopción que desarrollan las fundaciones y en muchos casos colaboran con el rescate de animales de la calle, además de que varios de sus miembros se ofrecen como hogares temporales.

En varias ocasiones han recaudado fondos que les permitan llevar comida y medicinas a las agrupaciones que tienen a su cargo rescatados y que necesitan del apoyo para poder mantenerlos.

Además, en sus redes sociales, uno de los principales objetivo es promover el cuidado de la salud de los animales, al tiempo que programan más actividades que les permitan integrarse y sacar a los perros a dar caminatas para descargar esas energías. Lo hacen tratando de evitar aglomeraciones debido a la pandemia, aunque saben que nunca un lobo pasará desapercibido a su paso.

• Los inicios

Todo comenzó con un pequeño grupo que buscaba que sus perros socializaran. Una vez que crearon sus cuentas en redes sociales, fueron uniéndose más miembros.