Hubo canto, baile, teatro, poesía y pintura. En un espacio al aire libre en la Isla Trinitaria, un grupo de niños mostraba su arte en un concurso que se enfocó en la lucha contra la violencia infantil, en la forma en la que ven la corrupción política y, principalmente, en la esperanza de que termine pronto la pandemia.

Fue una jornada con pocos invitados. Solo estaban los pequeños artistas, los miembros del jurado y los voluntarios del centro cultural comunitario La Casita, quienes habían organizado esta jornada para motivar a los menores y también como una previa de celebración por sus tres años de aniversario.

Para que los padres y la comunidad no se perdieran del momento, la jornada fue transmitida por Instagram Live. Allí se vio a los pequeños en compañía de los miembros del colectivo Lachiwana. Tomaban turnos para mantener la distancia y así con pinceles y pinturas dieron forma a un mural en el que destacaba la naturaleza.

Muy cerca estaban algunas pequeñas casas elaboradas en cartón y que habían sido decoradas con papeles de varios colores; de una de ellas colgaba un cartel que decía: Bienvenidos a La Casita. En el escenario destacaba un árbol en el que se habían colocado los dibujos.

Fue el evento #Reaccionart2020, que mostró los avances de los niños en los talleres recibidos por los voluntarios de La Casita. Javier Intriago Ambrich, director de la agrupación, recuerda que volver a conectarse con los chicos no fue una tarea fácil en tiempos de pandemia. Primero llevaron víveres a quienes necesitaban y luego instalaron un programa virtual en el que promovían el arte y buscaban ser un apoyo en la educación.

El proyecto tuvo que reajustarse en el camino al confirmar que muchos de los menores no tenían una computadora ni acceso a internet. Fue el momento en que los voluntarios decidieron mantener el sistema virtual, pero también volver a terreno para ser ese soporte de ese gran grupo que no podía conectarse.

Poco a poco comenzaron a visitarlos y a reabrir las sedes que habían cerrado por la pandemia. Lo hicieron primero en la cooperativa Las Delicias, de Monte Sinaí, el lugar en el que comenzaron en 2017. Luego en La Ladrillera y en la Isla Trinitaria.

Ahora, como parte de sus festejos de aniversario, tienen nuevos planes. Uno de ellos es abrir un circuito de trabajo en el sector sur, además de implementar un programa educativo, cultural y de emprendimiento comunitario, dirigido por Ariel Romero. El objetivo es brindar a la comunidad los conocimientos y las herramientas necesarias para el trabajo y el desarrollo en conjunto. Esta vez La Casita amplía sus servicios a los jóvenes y a los adultos para dar más apoyo.

• El apoyo

El centro cultural pide colaboración a quienes deseen dictar talleres a los niños y donar materiales. Pueden comunicarse al correo lacasitaof@gmail.com

Los beneficiarios

Son 140 niños los que reciben capacitación en las tres sedes de La Casita.