El calor extremo no solo es una molestia estacional, sino que también se ha convertido en una amenaza seria para la salud cardiovascular y cerebral. Expertos señalan que las olas de calor, más frecuentes y severas debido al calentamiento global, están incrementando el riesgo de eventos graves como derrames cerebrales, ataques cardíacos e incluso la muerte prematura.

Las investigaciones revelan que el calor intenso no solo desencadena insolación, sino que también sobrecarga el corazón al exigirle un mayor esfuerzo para mantener la temperatura corporal. La deshidratación, consecuencia común del calor extremo, agrava aún más este riesgo cardiovascular. Además, la combinación letal entre altas temperaturas y contaminación atmosférica incrementa drásticamente la probabilidad de eventos cardíacos mortales, especialmente entre los adultos mayores.

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Ante este escenario, es crucial tomar medidas preventivas para protegerse del calor extremo. Desde buscar refugio en lugares frescos hasta mantener un adecuado consumo de agua y ponerse vestimenta ligera de colores claro, cada detalle cuenta para mitigar los riesgos.

• Evite el ejercicio al aire libre

El Texas Heart Institute hace hincapié en que las personas con insuficiencia cardiaca y otras enfermedades crónicas no deben practicar ejercicio al aire libre en condiciones de mucho calor y humedad, ya que su corazón tiene una menor capacidad de reserva para eliminar el calor del cuerpo y puede sobrecargarse.

Explica que estos pacientes suelen tomar diuréticos que eliminan el exceso de agua del cuerpo y reducen su capacidad de sudoración, lo que les obliga a extremar las precauciones y consultar incluso con el doctor una posible revisión de la dosis del tratamiento.

Grupos más vulnerables al calor

Pacientes con enfermedades preexistentes y con algún factor de riesgo de enfermedad cardiovascular, personas de la tercera edad y niños menores de 5 años.