Desde el 8 de junio pasado, no hay un solo día en el que un grupo de artistas haya dejado de crear. Por turnos y a dúo, llevan ya 914 retratos. El proyecto, que se ha convertido en una de las producciones artísticas masivas más importantes de los últimos tiempos en las redes sociales, entra en su etapa final y está a un paso de lograr la meta de juntar las mil imágenes.

El 8 de diciembre cerrará el ciclo tras seis meses de pintar rostros sin parar. Lo han logrado gracias a sus 171 participantes, cuyos trabajos se han difundido a través de Facebook. Pero el proyecto Retratando sobrevivir no se quedará allí. Culminará con una exposición presencial, que se desarrollará en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) y para la que se analizan varias fechas.

Será el cierre esperado de esta iniciativa que comenzó en Guayaquil y que se propagó rápidamente por otras ciudades del país y que llegó incluso a juntar los trabajos de artistas de Colombia, Perú, Bolivia, Argentina, México y Chile.

También hay participantes de Venezuela, Cuba, República Dominicana, El Salvador, Guatemala y de la comunidad latina de artistas radicados en Miami (Estados Unidos).

Todo comenzó con el intercambio de imágenes de dos amigos artistas y creció tanto que empezó a generar resultados que sorprendieron a sus organizadores. Lilibeth Lavayen es hasta ahora quien más retratos ha realizado (19). Le siguen David Murillo, con 17; y Martín Cano, con 16.

Ha sido una jornada en la que más de uno ha destacado. Hay parejas mostrando su talento, pero también hermanos. “El hecho de tener tres hermanos en el proyecto (Leonel, Miguel Ángel y Mario Mera) y que todos sean artistas, me parece muy curioso. Son cosas que casi no se dan”, explica Abdón Segovia, uno de los gestores de Retratando sobrevivir.

Además, en el proyecto está Eduardo Vivar, guayaquileño de 40 años, y su sobrino, Andrés Del Valle Ortiz, de 16, quien es también uno de los más jóvenes participantes, junto a Viviana Calle, de 18.

Cada uno tiene su historia. Hay para quienes esta fue la oportunidad de regresar al arte. Aunque Andrea Pesantes, guayaquileña de 34 años, se preparó en esta línea, se había desvinculado de ella hace más de un año. El proyecto marcó su retorno y lo hizo con fuerza, pues está entre los más destacados. Otros de esos grandes descubrimientos de los organizadores fueron Juan Pablo Zambrano, del cantón Piñas, en El Oro (36 años) y David Murillo del cantón Baba, en Los Ríos, (28 años).

Los jóvenes universitarios han tenido una participación constante y atractiva. Acudieron a este llamado que nació en época de confinamiento obligado, como una manera de usar el tiempo, en medio de una situación incierta y catastrófica.

Sus creadores no se han detenido un solo día en este proceso, que, además de la exhibición presencial, plantea una publicación del material difundido, el próximo año.

El grupo comunitario que plasmó la iniciativa aspira a producir un impacto histórico en la cultura actual. Buscan que el discurso enfocado al ámbito del retrato fortalezca las líneas del arte como tal, al pautar un documento vivo de los artistas ecuatorianos, un paso adelante de sus posibilidades. Es para ellos un hecho histórico.

Mientras esperan ese gran cierre, avanzan cada mes premiando a quienes logran algo diferente y de mayor calidad. Lo hacen con autogestión como una forma de motivarlos a seguir en el arte. Los galardonados deben cumplir con varios aspectos, como la investigación, innovación, técnica, proceso, impacto visual y perfeccionamiento compositivo. Aún hay más retratos y una meta cercana por realizar.

• Avances

Ocho trabajos se publican por día en la cuenta de Facebook de Retratando sobrevivir, desde el 8 de junio.