
Virginia Limongi: lista para reinar
La nueva Miss Ecuador 2018 nos comparte detalles de su niñez, pasiones e incentivos por obtener la corona.
Con una sonrisa cálida al llegar, la hermosa manabita Virginia Limongi hace una pausa en su nueva agenda como reina para conversar con SEMANA y revivir varios momentos cruciales que la llevaron a cristalizar su sueño: ser la soberana de los ecuatorianos.
Además, con gran elegancia y dominio de escena la beldad de 24 años fue parte de una producción fotográfica donde nos dejó claro por qué fue ella quien se quedó con la preciada corona. Su anhelo es ahora lograr un cambio en la sociedad y representar positivamente al país.
Personal
-Frase diaria: haz el bien sin mirar a quién.
-Es políglota (habla español, alemán, inglés y portugués).
-Estudia Dietética y Nutrición.
-Disfruta correr y la música brasileña.
-Matilde Hidalgo de Procel es su ejemplo de mujer feminista.
Su nombre por un medallón
Nos cuenta que su nombre Virginia nació del deseo de su mamá de heredar un medallón que su progenitora Virginia estaba regalando. “Mi abuelita no sabía a cuál de sus hijas dar como herencia su medallón de oro que tenía inscrito su nombre junto a una chola cuencana. Por eso, aunque mi mamá quería nombrarme primero Samantha o Penélope, no dudó en llamarme Virginia”.
Entre risas, la manabita comenta que finalmente el medallón lo recibió ella al cumplir los 15 años, “pero solo lo usé el día de la fiesta y desde ahí no lo he vuelto a ver. Mi mamá lo sigue guardando como su tesoro”. Además, al ser ahora su nombre parte de una tradición, asegura que también la mantendrá: “Llamaré a mi hija Virginia y le regalaré mi collar”.
Amor a sus raíces
La joven soberana, de ojos grandes y almendrados, cejas perfiladas y voluminosas, atribuye sus bellos rasgos a su madre María Fernanda Silva, de origen manabita, y a su padre Arturo Limongi, quien proviene de un pueblo al sur de Italia llamado Maratea.
La Miss Ecuador, quien se describe como fuerte y enérgica, resalta sentirse orgullosa de haber nacido en Portoviejo (Manabí), ciudad en la que creció junto a una familia muy alegre, unida y amorosa. Agradece que desde niña sus padres la incentivaron a involucrarse en diversas actividades hasta encontrar o identificarse con lo que realmente la apasiona. Por eso, es una amante de los deportes y entona varios instrumentos como la flauta traversa, un poco el piano y el saxofón.
“Mi familia es mi todo”
El amor de su familia es sin duda uno de los principales pilares en los que Virginia se apoya diariamente. “Tú tienes solo una vida, y en ella puedes dejar una huella o pasar desapercibida”, una frase que su padre le decía y con la cual concuerda plenamente.
Al hablar de su mamá, su semblante cambia y entre risas me dice que lo que revelará a continuación puede poner celoso a su padre. Reconoce que su progenitora fue quien tuvo más presencia durante el concurso. “Dejaba de ir a trabajar para ayudarme, hacía mis maletas, estaba pendiente de los grandes y pequeños detalles. Y por eso considero que en parte, mi mamá también es la Miss Ecuador”.
Episodios de enseñanza
En la vida de Virginia hubo dos sucesos que marcaron su vida. Y aunque los describe como momentos difíciles, ahora los ve como enseñanzas de vida. El primero sucedió hace aproximadamente siete años, cuando se mudó a Guayaquil sola, por estudios, y aprendió a valorar realmente el dinero alternando la universidad con su trabajo de mesera.
Y el segundo, cuando las ilusiones con que se inició en la moda fueron opacadas por las críticas que recibió por su cuerpo, teniendo que someterse a una dieta estricta. “Contaba las calorías de cada uno de los alimentos que ingería, fue como una obsesión que me llevó casi a tener problemas alimenticios”, confiesa. Afortunadamente fue una etapa que no pasó a mayores y que supo manejar. Aprendió a amar su cuerpo, valorarlo y respetarlo.
La moda en Ecuador
Su trayectoria la ha llevado a estar en diversas pasarelas alrededor del mundo, como en México, India y Filipinas. Comenta que aunque en Ecuador ahora hay un mayor espacio para los diseñadores ecuatorianos, antes ocultos, todavía le falta desarrollo a la industria de la moda.
El porqué de los reinados
Su historia parece ser parte de un ciclo inconcluso. A su abuela paterna, de quien también dice haber heredado parte de su belleza, también le propusieron participar en el Miss Ecuador, “pero su papá no la dejó”.
En el caso de Virginia, a los 18 años, cuando quiso iniciarse en el modelaje, a su padre no le hizo mucha gracia, pues él tenía otros planes para su amada hija. Le dijo que si quería incursionar en algún concurso, que fuese en un reinado grande porque así iba a tener un mayor aprendizaje y podría poner en práctica su afán de servicio a los demás.
Ahora, después de seis años de ese consejo, Virginia, con tres reinados en su trayectoria, se convirtió en la nueva Miss Ecuador 2018.
Reflexiona que asume con madurez y responsabilidad este regalo que la vida le ha dado. No es un cargo superficial, “se necesita de preparación psicológica y emocional, en realidad es una plataforma para ayudar a las demás personas”.
La ayuda social: su pasión
Este año, Virginia aspira a emprender acciones que ayuden a la Cruz Roja, a la Fundación Fuvida (enfocada en la ayuda a niños con diabetes) y a las familias manabitas afectadas luego del terremoto, pues “si queremos salir adelante, lo importante es unirnos”.
Secretos de belleza
-Para mantener un perfecto cabello largo y sedoso radica en mantener una buena alimentación y la aplicación de ampollas de plasma de raíz a punta, varias veces a la semana.
-Para la suavidad de su piel, toma suplementos vitamínicos, la exfolia una vez a la semana y se aplica cremas nocturnas.
-Disfruta usar outfits sueltos y coloridos al momento de vestir. Eso sí, ama probar siempre diversos estilos que destaquen su innata elegancia.