Violencia escolar: ¿Cómo le hablo a mi hijo de ella?

Violencia escolar: Como le hablo a mi hijo de ella

Burlas, empujones, incluso golpes forman parte del bullying, el cual puede volverse violento, pero usted puede ayudar a su vástago, conversando con él y siendo ejemplo.

Que un menor acose a otro en persona o por las redes, impresiona; pero que este llegue a golpearlo, provocando su muerte... deja sin palabras. Es que al parecer el bullying en nuestro país está llegando a niveles mayores de violencia, considera Toyi Espín, psicóloga educativa y orientadora familiar con 25 años de experiencia, haciendo alusión al caso de la niña que recibió golpes en su cabeza y cara por parte de cinco compañeros de su plantel educativo (por más de una hora) y dos días después falleció de derrame cerebral.

Este caso salió a la luz pública, ¿pero qué pasa con los que se quedan en el silencio? Conversamos con Espín y con Diana Mancero, educadora de párvulos con máster en Neuroeducación Emocional y Cognitiva, y propietaria en sociedad del centro Happy Family Ecuador y el maternal Tía Diana. Ambas explican cómo los padres pueden abordar con sus hijos el tema de la violencia dentro del aula, y así impedir que esta tome asiento en los pupitres, para que ellos no sean víctimas, victimarios ni espectadores.

Predicar con el ejemplo

Para Diana Mancero, la mejor forma de abordar estos temas es con el ejemplo. Si los hijos observan en su casa el trato amoroso y respetuoso entre sus padres y hermanos, ellos imitarán también ese comportamiento en su escuela. Es fundamental enseñarles a vivir en armonía, sin agredir a los demás, que aprendan a socializar y a comunicar lo que no les agrada. Si se les da esa seguridad y libertad, serán capaces de contar si escuchan o ven algo que va en contra de los valores inculcados.

“El trato amoroso y amable, el respeto, la solidaridad y colaboración se aprenden en casa. Si se acostumbra a eso, querrá respeto para él y para los demás”.

Trabajo en equipo

Las divisiones entre estudiantes conllevan a la formación de diversos grupos que influyen negativamente en el aula de clases, porque se cae en la crítica, juicios y rivalidades, perdiéndose la unión, solidaridad y colaboración. “A los chicos hay que involucrarlos en proyectos que los hagan trabajar en equipo porque de esta manera ya no se individualizan, dejan el ‘yo’ por el ‘nosotros’. Los chicos deben entender que cada persona es valiosa por lo que tiene principalmente en su interior”, enfatiza Mancero.

Hora de hablar

1. Las expertas dan sus recomendaciones para abordar el tema:

Interésese por la vida escolar de su vástago. No se limite solo a las notas y calificaciones. Converse y escúchelo, aconseja Espín, quien insta a formular estas interrogantes: ¿Qué tal te fue en la escuela?, ¿con quién juegas en los recreos?, ¿quiénes son tus amigos?, ¿alguien se burla de ti o de algún compañero?, ¿alguno del salón le pega a otro?

2. Si su hijo se enteró de casos como el de la menor que falleció por la golpiza de sus compañeros de salón (porque lo vio en la televisión, lo comentó alguna persona, etc.), aproveche la oportunidad para hablar con él del tema, mediante un lenguaje claro acorde a su edad. No lo agobie con muchos detalles, dígale lo necesario y recuerde siempre darle una enseñanza. Por ejemplo, indíquele que si conoce de algo así, lo cuente, sugiere Mancero.

3. Aproveche material como películas, programas de TV o libros que tengan información sobre el tema, para interactuar de una manera real y genuina.

4. Nunca le diga “Si te pegan, pega” es el consejo de Espín, pues esto solo fomenta el círculo de la violencia. Lo ideal es enseñarle herramientas asertivas de reflexión y que se defienda impidiendo que lo golpeen, haciendo valer sus derechos como persona, con valentía. Mancero recomienda que le diga al agresor: “No me pegues, porque no se golpea a nadie”. Si lo siente firme, no lo vuelve a tocar.

5. Si le revela algo, no se asuste, tenga autocontrol, porque si usted se impresiona o escandaliza, ¿a quién más le cuenta? Inspire confianza, así él sabrá que si llegaran a pasar situaciones como estas, le van a creer y juntos buscarán las soluciones al problema.

6. Anímelo a ser un ‘líder positivo’, que si se burlan de alguien no puede ser espectador ni reírse, sino que tiene que ayudar. Si no puede solo (porque está en desventaja numérica), que corra a buscar a un adulto.

Dignos de imitar

En el 2015 los medios y las redes sociales conocieron a Jack, Jake, Gus, Tyler y Landon, alumnos de la Escuela Franklin Elementary de Mankato (Minnesota, Estados Unidos), quienes decidieron ayudar a James Willmert, un compañero con discapacidad física y de aprendizaje afectado por el bullying de otros jóvenes de su clase.

La madre de James reconoció que su hijo antes no quería salir al receso, pero luego de hacerse amigo de este quinteto valiente contaba los minutos para ir a comer con ellos.

La historia de los cinco estudiantes trascendió las fronteras del centro educativo y los menores recibieron el premio ‘Espíritu de la Juventud’, que entregan las escuelas públicas de Mankato para reconocer la solidaridad y los buenos valores que se quieren inculcar en esa ciudad.

En cifra

2.102 casos de violencia escolar se reportaron a los distritos educativos locales, desarrollados en planteles tanto públicos como privados de la Zona 8 (cantones Guayaquil, Durán y Samborondón) en el año lectivo 2017-2018, según la Subsecretaría de Educación.

Dato

A nivel nacional, el acoso escolar afecta a 2 de cada 10 estudiantes de 11 a 18 años, según un estudio realizado en 2015 por Opinión Pública.