Los soldados del aire revivieron escenas de la Guerra del Cenepa usando armamento, aviones, helicópteros y vestuarios de combate.

Una victoria epica que renace en las nuevas generaciones

Condecoración. 19 militares en servicio pasivo que participaron en ese conflicto del año 1995 recibieron diplomas por su trabajo en esa época.

Aviones supersónicos Cheetah pasan como ráfagas en el cielo. Valientes pilotos realizan maniobras para escapar de las balas y para buscar el punto débil del enemigo. Hay fuego y humo negro entre las nubes, y el sórdido sonido de las balas de los cañones retumba en los montes.

Soldados ecuatorianos y peruanos se enfrentan en un conflicto bélico por la zona fronteriza de Tiwinza. Sus rostros reflejan temor y adrenalina. Pero hay más que eso entre los espectadores; hay orgullo y nostalgia. Es que la escena es una recreación de la Guerra del Cenepa ocurrida hace 24 años, sobre la cuenca del río Cenepa, en el vecino Perú. Una historia que no todos vivieron, pero que sí todos conocen.

Los ojos de Erik Paredes, de 22 años, cadete de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), brillan al observar cómo helicópteros TH-57, de rescate, hacen un vuelo a treinta metros de altura desde el terreno, para rescatar a los soldados.

“Un momento histórico que no lo viví porque nací después, pero que lo conozco muy bien porque a lo largo de nuestra preparación nos hablan de aquello, de aquel suceso que es de gran importancia para quienes conformamos la institución”, resalta el joven mientras levanta la cabeza como símbolo de orgullo por quienes dejaron para él ese legado de valentía.

Desde lo alto de un parlante, una voz imponente dice una frase inolvidable: “Ni un paso atrás”. Era el llamado del expresidente Sixto Durán-Ballén a todo un país a mantenerse firme en la disposición de lucha y resistencia.

“Cuando estuve parado en medio de la ceremonia y veía la recreación de la guerra, sentía un orgullo profundo por la valentía de nuestros soldados. Esa dramatización para los que nacimos después de 1995 nos recuerda la razón de ser de la Fuerza Aérea. Eso incentiva nuestra formación como aviadores”, enfatiza Miguel Intriago, un brigadier mayor, de 24 años.

La recreación, que muestra el conflicto de enero a febrero de 1995, fue parte de la solemne ceremonia que rememoró la victoria aérea del Cenepa y que celebró el Día de la Aviación de Combate, que será mañana. El 10 de febrero de ese año se terminó el enfrentamiento, después de que los pilotos ecuatorianos derribaron un avión del enemigo y lo neutralizaron.

A pesar de no haber vivido esa gesta, Jonathan Carrión, cadete de 24 años, asegura también valorarla. “Fueron nuestros soldados quienes dieron su vida por la patria. Cómo no sentirme orgulloso, cómo no estar feliz de pertenecer a esta institución”.

Durante el evento, realizado ayer en la base de Taura, situada en el kilómetro 23 de la vía Durán-Tambo y que contó con la presencia de autoridades como la del ministro de Defensa Oswaldo Jarrín, también se condecoró a 19 militares en servicio pasivo que participaron en el conflicto bélico y cumplieron además 50 años como parte de la institución.