Venezuela, camino a ser un Estado paria

En uno de los puntos más álgidos de la crisis venezolana, con protestas opositoras que dejan una treintena de muertos y fuerte presión internacional, la solución pacífica sería una ruta electoral, que no está nada clara.

Según el analista Diego Moya-Ocampo, del IHS Markit Country Risk, con sede en Londres, el anunciado retiro de Venezuela de la Organización Estados Americanos (OEA), por alegaciones de “intervencionismo e injerencismo”, podría alejar las elecciones.

“Maduro no tiene voluntad real de rectificar desde el punto de vista democrático lo cual implica llamar a elecciones (...) Busca aislarse para mantener el poder”, agregó.

Y la oposición sigue firme. “El único diálogo que quiere el país es el voto”, dijo el presidente del Parlamento, Julio Borges.

Venezuela, que fue además suspendida del Mercosur, “se va a convertir en una especie de Corea del Norte de América Latina porque están cortando toda relación con el sistema interamericano”, indicó el boliviano Jaime Aparicio, expresidente del Comité Jurídico Interamericano de la OEA.

Y aunque continúe como miembro de la OEA por otros dos años, tiempo que toma este inédito proceso de retiro, Caracas puede evitar que una comisión del organismo viaje al país para reunirse con las partes en conflicto y tratar de impulsar soluciones políticas.

Al denunciar la Carta de la OEA, Venezuela saldría además de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) y de organismos como la Cicad (Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas) y el Comité Jurídico Interamericano. Ya Venezuela se desvinculó de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

El retiro de la OEA no tendría implicaciones económicas inmediatas. Paul Constance, portavoz del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dijo que Venezuela no tiene ningún préstamo activo y que no hay políticas que liguen a los créditos con que el país tenga una relación específica con la OEA.

La internacionalista Elsa Cardozo considera que Maduro, más que aislarse, apunta a “inventarse un grupo de países amigos” en espacios “más cómodos y manejables” como la Celac, pero no lo ve fácil. De los 33 miembros de la Celac, 17 respaldaron la resolución de la OEA para debatir la crisis. En marzo pasado, la Unasur condenó en un comunicado, sin la firma de Bolivia y Ecuador, la situación en Venezuela.

Y a nivel mundial, “tal vez espera apoyo de Rusia o China, denunciando maniobras de Estados Unidos, pero no va a haber muchos países dispuestos a cobijar a Venezuela”, señaló el analista Carlos Romero.