En la procesión de tres kilómetros, desde la avenida 24 de Mayo y Subida de Turi hasta la iglesia de ese sector en Cuenca, participaron niños, jóvenes, adultos, ancianos y personas con discapacidad.

El padre Enzo Amato, párroco de la iglesia de Turi, destacó la fe de la población que recorrió el camino de la cruz y fue parte de la “escenificación en vida de la pasión de Cristo”.

Los cucuruchos abrieron la procesión y detrás de ellos hubo quienes avanzaron descalzos, de rodillas o cargando cruces o una de las grandes imágenes de santos.

Este 2024 un pequeño niño llevó la cruz en sus hombros y al final de la procesión fue crucificado junto a su padre, que también llevó una cruz. Un dramatizado que realiza desde hace 17 años atrás.

Esta actividad es un acto importante para la familia Pintado, que cada año pretende llevar un mensaje de esperanza.

En el trayecto, todos los integrantes del grupo escenifican lo que pasa en cada una de las estaciones. Los gritos, el dolor y cansancio de Jesús y los demás participantes son reales.

La procesión duró más de tres horas hasta llegar al conocido mirador de Turi y culminó con la muerte del hijo de Dios.

En total hubo más de 60 integrantes que representaron a distintos personajes bíblicos para contar las distintas etapas de la vida de Jesús.

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