Habitantes de doce barrios del suroccidente del Distrito Metropolitano de Quito, pertenecientes al cabildo de Toctiuco, se han unido para llevar a cabo varias jornadas que permitan a sus niños ocuparse en distintas actividades, aprender y divertirse mediante el arte, la cultura y los juegos.

De esta forma, además, los alejan y protegen de situaciones que los ponen en riesgo, como el maltrato infantil, la mendicidad, las ‘malas juntas’ y vicios como el consumo de sustancias estupefacientes, porque al estar en época de vacaciones se exponen a que alguien trate de inducirlos a cosas negativas.

Estas jornadas, dirigidas a pequeños de entre seis y doce años, se han llevado a cabo en las instalaciones de la Unidad Educativa Pichincha, que está ubicada en este populoso y tradicional sector capitalino.

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Sin embargo, los menores de edad no solo han sido acogidos en este sitio para que participen en actividades recreativas y de aprendizaje. También los han llevado a realizar paseos y a disfrutar de películas en cines aledaños, detalla el presidente del cabildo juvenil de Toctiuco, Wilson Faz.

El dirigente barrial añade que también han estudiado la historia de este sector, cuyo nombre proviene del quichua y en español tiene un significado especial: flor de maíz. Asimismo han practicado teatro, bailes tradicionales y modernos, han ido a piscinas, entre otras actividades que han resultado del agrado de los niños y de sus padres, que ven con entusiasmo esta iniciativa comunitaria.

Algunas de las personas que colaboran y contribuyen voluntariamente en el cuidado de los menores de edad que asisten a estos campamentos son adolescentes y jóvenes, de entre 14 y 29 años, que en su niñez también fueron parte de estas colonias barriales. A ellos, que son personas de confianza entre los habitantes de Toctiuco, se los conoce como monitores.

Daniela Quispe es parte del equipo de tutoras. Ella comenta que instruye y ayuda a los asistentes a estos talleres a trabajar manualidades, a pintar, a cantar y a cualquier otra actividad que resulte del agrado de los inquietos y curiosos infantes. “Los niños son los más felices, los que más disfrutan de las cosas sencillas”, cuenta.

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Con Daniela coincide la joven monitora Jazmín Guaraca, quien explica que lo mejor de estos espacios dedicados a la enseñanza y esparcimiento es “compartir con los niños, disfrutar con ellos, de sus travesuras y ocurrencias, porque ellos son los que más se divierten con cada nuevo descubrimiento que hacen (...). Se pasa de lo mejor aquí”.

Christian Iván Quispe, quien es el coordinador del cabildo barrial, le dijo a EXPRESO que otro objetivo de estos campamentos vacacionales es mejorar la calidad de vida de los infantes de ese sector, con la finalidad de que tengan otras perspectivas y alternativas para desarrollar “su pensamiento, la imaginación, la creatividad”.

Para una de las clausuras de estos campamentos vacacionales, los asistentes a los cursos organizaron obras de teatro protagonizadas por los niños, quienes mostraron su talento actoral, además de un circo y juegos inflables.

De acuerdo con los lugareños, todos estos eventos han sido posible realizar gracias al trabajo mancomunado y coordinado entre diferentes entidades del Municipio de Quito y la ciudadanía. El dirigente Iván Quispe invita a más niños a unirse y participar con alegría en estas jornadas que se preparan de forma continua en estos doce barrios capitalinos.