Teoria del Caos
Las matemáticas comprobaron, con la exactitud requerida y en centésimas de valores, que habría una segunda vuelta electoral.
Las inferencias sobre el resultado final podían hacerse con exactitud basándose en las observaciones del 80 % del universo, observaciones que determinaban que las metas deseadas por el candidato de Gobierno no serían alcanzadas.
Se comprueba así que las matemáticas idóneas, al igual que la buena economía, escapan los designios de los cálculos de los políticos.
Lo mismo ocurre con esa otra rama de las matemáticas, denominada la Teoría del Caos, la cual postula que entre sistemas complejos, cuyo comportamiento es altamente sensible a cambios en las condiciones iniciales, cualquier pequeña alteración puede dar lugar a grandes e imprevisibles consecuencias. El postulado más conocido de la teoría establece que “el aleteo de las alas de una mariposa en la Amazonía ecuatoriana, puede desencadenar un ciclón en China”.
La política, como actividad individual y colectiva, no es ajena a la interacción de las fuerzas que determinan el “caos” matemático.
En las condiciones vigentes, está concluyendo una etapa de estabilidad (forzada, reprimida, o no, no está en discusión) caracterizada por el monopolio del uso del poder e inédita bonanza petrolera, que abrirá paso a otra que será marcada por visiones encontradas en lo político y lo económico.
El escenario de “caos” político sería enmarcado en una circunstancia de adversidad económica. Si el ganador final resulta ser el candidato del Gobierno, este se verá obligado a cambiar el modelo de gestión fiscal, so riesgo de ahondar los problemas presentes. Si, por el contrario, el vencedor es el candidato opositor, cada acción o propuesta generará una réplica de rechazo para así pretender preservar el “legado” que deja el presidente Correa.
Es una situación potencialmente explosiva, con opciones imperfectas en cuanto a soluciones. Por ello, las predicciones del “caos” no dejan de ser preocupantes, no por ser deseadas, ni por tener una actitud pesimista, sino porque, con igual, están dadas las circunstancias para que, en la secuencia de acciones y reacciones, entremos en una etapa de grandes e inciertas consecuencias para el futuro de los ecuatorianos.