Sobrevivientes de 1949 envian mensaje de aliento

Después de 67 años, Georgina Lasluisas Guanín se enfrentó al pasado. Con temor, recordó lo que vivió en el terremoto de agosto de 1949, cuyo epicentro fue Pelileo. El sábado 16 de abril que la tierra tembló, su mente volvió al ayer. Horas después se enteraba por las noticias de que esos breves segundos dejaron muerte y destrucción en las provincias de Manabí y Esmeraldas.

Igual le ocurrió a María Piedad Guamán, de 75 años. “Puedo decir que estoy en los zapatos de la pobre gente costeña que ahora sufre. Eso es horrible. No se puede dormir, comer ni estar en paz”.

Pese a los años transcurridos, María Rosero, de 84 años, todavía llora al recordar todo lo vivido. No puede ver, pero escucha las noticias y se sumó al dolor de quienes lo perdieron todo en las provincias costeras.

Las tres mujeres son sobrevivientes del terremoto de 6,8° en la escala de Richter que destruyó por completo a Pelileo, Píllaro y gran parte de Ambato, en Tungurahua; y a Guano, en Chimborazo. Ahí murieron unas seis mil personas y otras cien mil se quedaron en la calle.

“Es lo mismo, con la diferencia de que en ese tiempo no teníamos cómo comunicarnos de inmediato para que la ayuda llegue. Les entendemos porque la gente tiene mucho miedo”, comentó Guamán, quien al igual que María Rosero aún vive en Pelileo.

Las tres mujeres enviaron un mensaje de aliento a los damnificados en Manabí y Esmeraldas: “Son momentos duros, de miedo, pero saldrán adelante. Deben tranquilizarse, buscar fuerzas y dejar el susto. Con unidad y solidaridad saldrán adelante”.

María Guamán agregó que si “hace 67 años Tungurahua logró levantarse entre las cenizas, Manabí y Esmeraldas también lo harán. Estos son pueblos de gente trabajadora y buena. Todos vamos a apoyarles, porque las autoridades se olvidarán, pero el pueblo no”. YIE