El trabajo en el siglo XXI

El primero de mayo, la sociedad y todos los obreros, trabajadores y empleados del planeta rememoran la terrible Masacre de Chicago de 1886. Esto marcó hasta hoy lo que resumen y simbolizan sus luchas reivindicativas para que el mundo comprenda, valore y reconozca cuánta importancia tiene el trabajo para el desarrollo económico y el progreso de los pueblos.

Desde ahí, el derecho de los portadores de esa capacidad y fuerza productiva humana a una jornada laboral que no destruya sus energías ni debilite su vida, ha sido su tarea. Por esto hoy los trabajadores se plantean la defensa de sus logros y conquistas como parte de sus derechos humanos, económicos y sociales.

Sin embargo, las sociedades y economías no son estáticas sino dinámicas y cambiantes. Esto es un factor básico para comprender cuáles son los desafíos que actualmente tienen todos los trabajadores del mundo. Y más aún ahora, cuando la fuerza y la energía humana no son la base del proceso productivo sino los factores y elementos científicos y tecnológicos que ellos pueden adquirir para hacer más eficiente y productivo su trabajo.

Hoy reconocen que en un mundo tecnologizado, globalizado y tejido en redes con economías virtuales, ellos tienen la obligación de adecuarse a estas nuevas condiciones y requerimientos. La acelerada automatización de la producción en las empresas y en diversos sectores de la economía, exige en la actualidad que las capacidades laborales de los trabajadores se inscriban en estas nuevas realidades.

Por esto ahora el problema ya no es tan solo el de la jornada laboral, el salario y la situación de seguridad en el trabajo, sino cuáles son las condiciones y la formación tecnológica y científica. Esto se produce porque los trabajadores enfrentan la llamada “desmaterialización del trabajo”, y al mismo tiempo, una acelerada tecnologización de las fuerzas productivas humanas. Todo eso es lo que hoy y mañana decidirá los niveles salariales, la ocupación y el desempleo, y constituye el mayor y más grande de los desafíos que tienen los trabajadores del mundo actual.

La pregunta es si individual y colectivamente pueden asumir estos desafíos y vencerlos. La respuesta no está solamente en ellos sino también en los gobiernos y en los sistemas educativos que tienen que adecuarse a estos nuevos requerimientos.