A Gilbert Barbera Montoya se le ha ido el apetito desde que su mamá, Bella Yolanda Montoya, permanece ingresada en el Hospital Martín Icaza, de Babahoyo, provincia de Los Ríos. Ella es la mujer de 76 años, que presuntamente resucitó el pasado viernes 9 de junio mientras velaban su cuerpo en un local ubicado en la calle Olmedo entre 5 de Junio y García Moreno, de la capital riosense.

Por ende, el ciudadano permanece día y noche en los exteriores de la casa asistencial esperando el reporte de los médicos sobre el estado de salud de su progenitora.  Junto a una prima espera la llegada de su tía para decidir si colocarán una denuncia por presunta negligencia médica. Eso frente a otro problema que es dar de baja al certificado de defunción en el que Bella aparece como fallecida, el cual sigue vigente. 

El Hospital debería confirmar que la señora está viva, pero aunque ella lleva desde la noche del viernes en cuidados intensivos, la entidad no ha informado si emitió ese documento para que el Registro Civil pueda dar de baja al certificado de defunción.

Pero aunque ante la ley Bella Moncayo está legalmente muerta desde el viernes, en la práctica aún respira en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital, cuyos directivos no han proporcionado ninguna información oficial sobre este caso.

El Ministerio de Salud Pública (MSP) anunció que ha conformado un comité técnico nacional y que ha iniciado una auditoría médica de este caso para establecer responsabilidades de lo ocurrido, pero no ha indicado cuándo se conocerán los resultados.

La señora ingresó con diagnóstico presuntivo de accidente cerebro vascular y luego tuvo un paro cardio respiratorio, "sin responder a las maniobras de reanimación, por lo que el médico de turno confirmó su deceso", indicó escuetamente el MSP en un comunicado.

Consultada al respecto, la presidenta del Colegio de Médicos de Los Ríos, Roxana Villamil, alegó que antes de emitir algún criterio primero deben reunirse con los directivos del hospital. "Como Colegio de Médicos no estamos en esa comisión de investigación. Lo que sí puedo decir es que todos los médicos están capacitados para atender a un paciente y si hubo alguna eventualidad tiene que averiguarse lo que ocurrió", expresó. 

En tanto, Gilbert Barbera ha hecho del portal de un dispensario médico, ubicado frente al nosocomio, su cama y la sala de espera donde recibe las donaciones de alimentos, medicinas e insumos de personas solidarias.

Al hombre le ha tocado pedir ayuda para suplir lo que requieren en la casa de salud para su madre. "Anoche pedían pañales y pañitos húmedos, pero no tengo dinero para comprarle. Gracias a la señora de la farmacia que me regaló unos y le llevé", relató.

El hijo solo está a la espera de un milagro, por el que le pide a Dios todas las noches. "Yo quiero ver a mi mamita nuevamente, así como ella era antes. En los momentos que me dejan entrar salgo llorando porque no soportó estar ahí y verla como la tienen", relató apenado.

Mientras Bella esté respirando su hijo, quien la ha acompañado toda la vida, permanecerá en los exteriores de la casa de salud esperando alguna noticia. Entre tanto, al interior del nosocomio los galenos analizan el estado de salud de la señora, que hasta ahora es de pronóstico reservado.