Al menos 96 familias del Centro Histórico de Quito, del sector La Ronda y 30 locales comerciales de área, se beneficiarán con la instalación de cuatro sistemas de alarmas comunitarias. Los beneficiarios directos son 24 por cada sistema de alarma instalado. Ellos, según el secretario de Seguridad César Díaz, podrán activar las alarmas mediante llamada de teléfono convencional, llamada de celular, pulsadores remotos con un alcance sonoro de medio kilómetro. 

En un comunicado el Municipio de Quito informó que, a través de la Secretaría General de Seguridad y Gobernabilidad, se hizo la entrega de los cuatro sistemas el jueves. Según Díaz, las alarmas son un elemento disuasivo que ayuda a la comunidad a ser copartícipes de la seguridad de su barrio.

En una plataforma web se registran las activaciones de los aparatos existentes y hay la posibilidad de conocer quién fue el usuario que activó la alarma, cuál fue la activada y la ubicación de la misma.

Adicionalmente los sistemas de alarmas están anclados a la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) que es la que recibe la alerta, responde, verifica el motivo de la activación y envía una unidad o el personal más cercano. Las alarmas no solo beneficiarán a los moradores y propietarios de locales comerciales sino a los turistas nacionales y extranjeros que visitan el Centro Histórico de la capital. 

Con ello, según el presidente del barrio La Ronda, Ramiro Torres, se busca que se reactive el sector. Indicó además que la comunidad está preparada para contrarrestar todo tipo de acto delictivo. La entrega se cumplió el jueves en un acto en el que participaron representantes de Bomberos Quito y del Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano. La ceremonia de entrega sirvió también para que las autoridades recuerden a los habitantes del sector las medidas de bioseguridad como distanciamiento social, lavado de manos, no comprar ni adquirir productos en la calle y utilizar la mascarilla, entre otras.

Los habitantes del Centro Histórico han efectuado varias acciones para exigir a las autoridades más seguridad debido al incremento de la delincuencia. Uno de los últimos hechos violentos se registró el pasado 14 de agosto cuando Isac Ulloa, un joyero de 65 años, fue asesinado en el interior de su local en el centro. Dos delincuentes armados ingresaron al local para robar las joyas y el dinero. Uno de ellos le disparó a la víctima en el pecho y la asesinó.